Con la mirada puesta en la etapa de semifinales el Team Asere Cuba cumplió otro de los objetivos que le motivan en este V Clásico Mundial de Béisbol. Los muchachos de la Mayor de las Antillas lograron una importantísima victoria ante el elenco de Australia, cuatro carreras por tres.
Esta vez desde la lomita, el lanzador Yariel Rodríguez no pudo caminar mucho, solo tres entradas y un tercio, a pesar de haber permitido solo dos imparables, había presentado problemas en su control; pero como ya nos tiene acostumbrado, Miguel Romero hizo los deberes, entró en el cuarto con corredores en primera y segunda, embazados por otros dos boletos que sacaban del box a Yariel Rodríguez, y un out en la pizarra. Él , supo traer la calma al banco antillano, siendo el perfecto enlace para lo que estaba por llegar.
Por Cuba, Roenis Elías, quien había sido utilizado como abridor, paradójicamente fue cambiado de rol y entró en la sexta. Ahí permitió largo batazo de Rixon Wingrove con Whitefield en primera, para volver a pegar las acciones en el marcador. Luego del estacazo, el guantanamero sacó los tres outs para cerrar la entrada y mantener al motivado conjunto de casa arriba en el score McGrath, el nuevo relevista por Australia retiró el sótano de esa sexta entrada de uno, dos y tres, lo mismo hizo Elías en la séptima para entregarle la bola a Moinelo y Raidel con ventaja mínima.
Los chicos del occidente de Cuba, llevaban a un país en sus brazos, solo seis outs separaban al elenco de soñar, tanto Moinelo como Raidel, cumplieron.
En el caso del zurdo no sin antes ponerle tensión al drama, con dos boletos permitidos en la octava y los nervios de millones de cubanos subiendo, pero ponchó a Bojarski y retiró a Kennedy en elevado a las manos del santiaguero Guibert.
Del resto se encargó Raidel que, aunque lejos de sus endemoniados envíos en materia de velocidad, emuló a sus compañeros y se basó en un trabajo combinado, apoyándose de lanzamientos en rompientes y cruzando con rectas por encima de las noventa millas.
La escena estaba lista, en muchos hogares por intermedio de un teléfono, a través de la radio, o simplemente por la algarabía del vecino, conocían el resultado.
Cuba estaba en las semifinales de Miami, la alegría, de los peloteros cambiaba esta mañana, y dejaba un lado las molestias por el déficit de fluido eléctrico en muchos lugares del país.
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Rumbo a la Florida salen los muchachos, y con ellos también viajan los sueños de toda la fanaticada que les sigue, esa que le ha exigido al máximo, la misma que junto a ellos, ha bateado, fildeado y corrido las bases, porque la pelota es más que todo, cubanía.
Queda prohibido terminantemente dejar de soñar. ¡Arriba muchachos que todavía falta batalla por dar!