La intensidad de los vientos del huracán Ian a su paso por el occidente cubano sorprendió a muchos, entre ellos al joven Luis Lazo Morales, quien al amanecer del 27 de septiembre tuvo que enfrentar el mayor desafío de su profesión.
Fue un reto tremendo que superé gracias a mis compañeros de trabajo. Vivimos días de gran esfuerzo físico y de aprendizaje, aunque todavía me falta bastante en mi labor, aseveró el integrante de una de las brigadas de la Empresa Eléctrica de Pinar del Río.
Con apenas dos años de experiencia en la labor tuvo que asumir los estragos causados por el meteoro a la infraestructura de la provincia, como también hicieron otros tantos trabajadores de Vueltabajo y de toda Cuba.
En mis 27 años no había visto tal destrozo; incluso mis colegas me cuentan que es el más grande que han vivido, aseguró a la Agencia Cubana de Noticias.
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Así lo expresó, asimismo, Nelson Fuentes Pereda, jefe de la brigada, que con casi dos décadas en esos quehaceres le sorprendieron las huellas de Ian.
Dejó muchas afectaciones; sin embargo, asumimos la tarea con motivaciones para poder devolver el servicio a la población.
Trabajábamos muchas horas y al otro día teníamos que volver como si nada; y aquí estaban colectivos del ramo de todo el país junto a nosotros, para poder salir adelante, señaló.
Precisamente con los linieros de otros territorios nos llevamos como hermanos, llegábamos a cualquier lugar y a los pocos días era como si nos conociéramos de siempre; y así vivimos jornadas intensas, destacó.
Al joven Lazo Morales esa hermandad es lo que más le gusta de su labor.
Nos llevamos muy bien, con respeto y nos cuidamos. Cuando estamos cerca del peligro el trabajo tiene que ser muy ordenado, precisó.
Es complicado, uno enfrenta dificultades técnicas y a la vez es fundamental que el equipo sea muy unido porque la corriente eléctrica resulta peligrosa; pero cuando cumplimos todas las medidas de seguridad el trabajo se torna fácil, añadió Fuentes Pereda.
Al frente del grupo, sabe que su responsabilidad tiene un alcance superior.
Tengo que supervisar y velar porque se cumplan las medidas de seguridad de los trabajadores, la parte más importante, unido a la atención del cliente, apuntó.
Cuando reparas una avería da gusto ver la alegría de la población, apuntó Rogelio Hernández Sánchez, el de mayor experiencia en esa brigada.
También hemos ayudado a otras provincias en disímiles ocasiones y lo hacemos con mucho gusto, al igual que ellos cuando nosotros lo requerimos, acotó.
Los tres comparten el amor y la dedicación por sus ocupaciones, junto a los deseos de ser mejores cada día.
Quiero superarme para llegar a ser jefe de brigada como mi compañero, refirió Lazo Morales.
Fueron jornadas de gran empeño las que se vivieron en los dominios más occidentales, cuando Ian se ensañó con las redes eléctricas y dejó a la totalidad de los clientes sin servicio.
La memoria de los que permanecieron en el territorio lleva consigo la constancia de linieros como Luis, Nelson y Rogelio que, con gran afán, sobrepusieron fuerzas a la furia de la naturaleza.
Con información de ACN
