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La Colmenita, una escuela cubana de bondad

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Foto: Juvenal Balán

Por más de tres décadas, La Colmenita se ha instalado en el sentimiento de los habitantes de la Isla, y allende los mares, no solo por la belleza de sus propuestas, sino –y sobre todo– porque la compañía infantil de teatro se ha empeñado en formar, más que artistas, buenas personas para el devenir de Cuba y del mundo.

Así volvió a quedar demostrado el sábado pasado, en el Salón de Protocolo El Laguito, cuando la agrupación presentó, junto a la Editorial Ocean Sur,  el libro La Colmenita, ¡Mi vida!, con el estreno de la obra de teatro homónima, según reportó el sitio de la Presidencia.

El volumen, escrito por el creador del proyecto, Carlos Alberto «Tin» Cremata Malberti, recoge en imágenes y textos los 34 años de entrega de la «colmena».

Al espectáculo asistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como otros dirigentes del Partido, del Estado y del Gobierno, junto a representantes de organizaciones políticas y de masas, personalidades de la cultura y de la ciencia.

David Deutschmann, presidente de las Editoriales Ocean Press y Ocean Sur, afirmó que «este es un libro especial, uno de los más importantes editados por Ocean Sur, porque es un proyecto noble y digno. Tin es un hombre excepcional, él es producto de la Revolución Cubana».

En varios momentos de la obra, estructurada a la manera de una «conferencia de prensa», Tin se refirió al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y al General de Ejército Raúl Castro Ruz, los líderes de la Revolución Cubana, dos amigos entrañablemente cercanos a la Compañía, que se transformó «de un proyecto eminentemente artístico a ser fundamentalmente pedagógico.

«Por sembrarnos el camino junto a Fidel», el primer ejemplar de La Colmenita, ¡Mi vida!, fue enviado a Raúl; y también fue obsequiado al Primer Secretario del Partido.

Tin Cremata aseveró, además, que esta escuela –fundada el 14 de febrero de 1990, en un momento difícil para Cuba, cuando se asomaba el periodo especial– «no es la obra de un hombre, es la obra colectiva de cientos de personas que todos los días la siguen forjando».

(Tomado de Granma)

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