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La Coloma a toda vela

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El montaje de nuevos equipos, como estos grandes condensadores, contribuye al mejoramiento de la industria. Foto: Ronald Suárez Rivas
El montaje de nuevos equipos, como estos grandes condensadores, contribuye al mejoramiento de la industria. Foto: Ronald Suárez Rivas

Aunque la mayoría de sus barcos permanecen en puerto, respetando el periodo de veda, en la Empresa Pesquera Industrial La Coloma (Epicol) el trabajo no cesa.

Un proceso inversionista de más de cien millones de pesos obliga a aprovechar al máximo cada jornada, de cara a una inspección de la Unión Europea prevista para el mes de septiembre, a fin de verificar el cumplimiento de las normas de calidad e inocuidad.

No es la primera vez que la mayor empresa pesquera del país –y una de las más grandes de América Latina– se somete a este tipo de procedimientos. En las últimas dos décadas han sido recurrentes los controles sanitarios a una entidad cuyo objetivo principal es la exportación.

El año pasado, La Coloma le aportó 22 millones de dólares a la economía cubana, y para 2024 prevé una cifra similar. De ahí la importancia de los trabajos que se llevan a cabo actualmente.

Laura Izquierdo García, su directora general, explica que las acciones han estado dirigidas tanto al mejoramiento de la industria como al de la flota, y que también comprenden el empleo de fuentes renovables de energía.

Con ellas no solo intentan borrar completamente las huellas que dejó el huracán Ian a finales de septiembre de 2022, sino que, además, se dan pasos de avance en materia de eficiencia.

José Carlos Alonso, el director técnico, comenta que entre las novedades destacan la instalación de una nueva planta de tratamiento de agua para los condensadores que alimentan el enorme sistema de refrigeración, e incluye cuatro túneles de congelación y cuatro cámaras de frío con una capacidad conjunta de 170 toneladas, además de una planta de hielo capaz de entregar 80 toneladas en 24 horas.

Se trata de un equipamiento muy moderno, en el que los operarios apenas tienen qué hacer. «Es un proceso automático. No hay que tocar nada. La mano del hombre solo interviene a la hora de sustituir la sal o la resina en el momento que lo lleva», detalla.

El directivo afirma que, con la nueva planta, se reemplaza una muy antigua, que ya no lograba cubrir todos los requerimientos de esta gigantesca industria.

Dentro del proceso inversionista, José Carlos detalla que también se sustituyeron dos condensadores que mejoran la capacidad del sistema de frío y permiten una mejor congelación, algo vital en un centro que, para lograr los parámetros internacionales, debe asegurar que sus producciones alcancen los -18 grados centígrados.

También, en la planta de procesamiento destinada a la exportación (existe otra para la elaboración de surtidos para el mercado nacional) se adquirieron tres embolsadoras, tres túneles de envasado por calor y una clasificadora automática que se encarga de separar las producciones según los 14 grupos de tallas que existen.

«Antes eso se hacía manualmente, unidad por unidad», recuerda Ray Leonard Sánchez, director de tecnología y calidad.

Con el nuevo equipamiento, comenta que se humaniza el trabajo y se reducen significativamente los tiempos.

«Esta era una etapa crítica que tenía el proceso, que ahora es mucho más rápido y con más calidad. En el mundo esto es lo que se utiliza, y nosotros no nos podíamos quedar atrás».

Por otra parte, se sustituye el 100 % de los equipos de clima en la planta de proceso y de las puertas de los túneles y cámaras de frío, otras dos acciones que también se traducirán en eficiencia.

Con el propósito de compensar una parte del gasto de electricidad, en una extensa zona de áreas verdes se construye un parque fotovoltaico de 1 080 paneles, que inyectará energía limpia al Sistema Eléctrico Nacional.

A la par de los trabajos en la industria, La Coloma tiene en marcha un programa para la sustitución de las embarcaciones de ferrocemento y de madera, cuyo mantenimiento se hace cada vez más costoso y complejo, por los años que acumulan de explotación.

En 2023 se adquirieron las primeras siete, y para 2024 se prevé una cantidad similar.

Tres embolsadoras, tres túneles de envasado por calor y una clasificadora automática ayudan a reducir, significativamente, los tiempos en una de las rutas críticas del proceso productivo. Foto: Ronald Suárez Rivas

Así, a base de mucho empeño, reinvirtiendo sus propios ingresos donde más falta hace, se van borrando las huellas del huracán Ian y dejando a Epicol en mejores condiciones que antes.

Alberto Gandoy, Héroe del Trabajo de la República de Cuba, con más de 40 años de trayectoria laboral acá, recuerda que esta empresa quedó devastada.

«Nosotros habíamos tomado todas las medidas, pero fue un ciclón muy grande. Cuando pasó, sabíamos que podía haber alguna afectación, pero lo que encontramos no fue un poco de afectación, sino un desastre», dice.

Gandoy apunta con su mano desde el Área de Recepción, ubicada junto al muelle, hasta las oficinas administrativas, a varios cientos de metros y comenta con tristeza: «Todo esto era fango prieto y sargazo».

Laura Izquierdo, la directora, recuerda que los vientos temibles de Ian afectaron más de 20 000 metros cuadrados de techo, y una parte de lo que había debajo de ellos.

Aun cuando la prioridad ha estado en las áreas que tributan a la exportación, pues son las que aseguran los ingresos que sostienen a la empresa, la Directora afirma que se ha trabajado en todos los frentes.

En ello se incluyen las líneas de las producciones alternativas relacionadas con varios proyectos de innovación, que el huracán también destruyó.

«Esto era algo que venía marchando y en lo que ya se había logrado una producción en paralelo», explica Izquierdo.

Se refiere al aprovechamiento, como proteína animal, de toneladas de residuos de la pesca y el procesamiento industrial, para su utilización en la actividad porcina, la ganadería, y para la elaboración de fertilizantes agrícolas.

«Hoy esa línea se encuentra a más del 70 % de recuperación, para volverla a incluir en nuestros procesos», argumenta.

Proyecciones para incrementar el uso de fuentes renovables de energía y hacer que los sistemas de bombeo de agua de todas sus UEB funcionen con la luz solar, la activación de los centros de acopio ubicados en el mar, que todavía no han podido recuperarse, la incorporación de nuevos surtidos a partir de los proyectos con la universidad y los encadenamientos productivos, también conforman la agenda de la mayor empresa pesquera de Cuba, una entidad severamente golpeada por el huracán Ian que ha sabido sobreponerse a la tormenta y volver a navegar a toda vela.

(Tomado de Granma)

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