«Natalia quiere saber cómo son los colores. Su padre le habla de ellos comparándolos con los sentimientos y la naturaleza. Ella intuye que prefiere el verde porque su casa está rodeada de árboles y rosales», así comienza Óleo sobre rosas, un cuento de la pinareña Yanetsy Ariste que llega a esta Feria del Libro para demostrarnos que el amor todo lo puede.
Natalia es una niña invidente que sueña, sabe asociar los colores con elementos de la naturaleza y su entorno; quiere pintar sobre las rosas del jardín otros colores, más alegres.
El libro, publicado por Ediciones Loynaz, nació del acercamiento de la autora a los niños de la escuela especial José Martí, de Vueltabajo.
«Tengo con ellos un taller artístico- literario llamado Gestos, y allí leemos historias de autores cubanos y a partir de ellas pintamos», aseguró.
«Y los niños invidentes les transforman los finales a los cuentos o hacen nuevos. Siempre salgo más enriquecida yo desde el punto de vista espiritual que lo que les puedo transmitir mediante el dibujo o la literatura, porque son muy avezados e imaginativos», remarcó.
Aunque la protagonista es una pequeña emanada de la ficción, de alguna manera todos ellos están reflejados o tienen algo en la representación de Natalia, destacó Ariste.
«Me causa mucha curiosidad y respeto cómo valoran al mundo con otra sensibilidad; lo que nosotros no apreciamos en lo cotidiano lo ven con otros tintes, matices y conceptos», dijo.
Natalia es un personaje infantil que padece un duelo por la pérdida de su madre, pero logra reconciliarse con la imagen que de ella le queda a través del amor de su padre.
Merecedor del Premio Chicuelo 2024, el texto fue presentado en la sala Dora Alonso de la biblioteca provincial Ramón González Coro, y constituye una conmovedora historia, tejida cuidadosamente a partir de la literatura y las artes visuales.
(Tomado del sitio de FIL Cuba)