La final de las Pequeñas Ligas de Softbol Femenino fue un gran espectáculo. Un ejemplo de cuanto más puede hacerse en la práctica del deporte de “alto nivel” desde las primeras edades. Dos equipos mostraron su valía en el terreno y arrastraron a una afición que agradecía cada jugada. Un doble juego que superó las cinco horas en el campo de juego.
La Palma ganó el primero con marcador cerrado y, en el segundo, fabricó racimo de carreras que en apariencia le daba la victoria segura; pero las chicas de Bayamo, no dieron tregua ni un solo instante, no tiraron la toalla y jugaron con todo, pues el “juego no se acaba, hasta que se acaba”.
Risas, lágrimas, emociones, exigencia de las direcciones técnicas de ambos elencos, jugadas para guardar… hubo de todo en la final de las Pequeñas Ligas de Softbol Femenino. Espectáculo de alta factura.
Mención aparte mereció la palmera Chanaya Pereira, quien asumió roles en el pitcheo y bateo como ninguna. Al cierre del segundo juego de tanto hacer, su cuerpo desfallecía; pero unos minutos de descanso y la asistencia de paramédicos, le permitieron regresar para conquistar la victoria junto a sus compañeras.
La final de las Pequeñas Ligas de Softbol Femenino se transmitió en vivo por los comentaristas deportivos de la emisora Radio Guamá. Un esfuerzo extraordinario que permitió llevar la señal a todos los rincones de la provincia.
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Yo me aferro a que ganó el deporte. Ganamos todos. Porque en el estadio del combinado deportivo 28 de Enero de Consolación del Sur, nadie pudo estar ajeno a las emociones que aquellas niñas provocaron. Como dijo el poeta “solo el amor engendra la maravilla”. Eso fue la final de las pequeñas ligas de softbol: Una maravilla que vale la pena multiplicar. Gracias muchachas por tanto empeño.