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Cuando el arroz no da la cuenta

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Cuando el arroz no da la cuenta
Loiván Hano Abrahantes y Yoserky López Llobera, son dos de los productores que recibieron nuevas tierras para cultivar arroz y abogan por que se llegue a un acuerdo equilibrado con la ficha de costo / Foto: Dainarys Campos Montesino

La Empresa Agroindustrial de Granos (Eaig) Los Palacios liberó recientemente más de 1 000 hectáreas de tierra que llevaban tiempo sin explotarse. La entrega, a campesinos y personas con interés de dedicarse al cultivo del arroz y la ganadería, supone el incremento de volúmenes productivos en ambos renglones.

Más de 800 hectáreas están enclavadas en la comunidad Sierra Maestra y en otras áreas donde radica la CCS Jorge González Ulloa, una estructura productiva que llegó a ubicarse entre las tres mejores del país en la producción del grano, con volúmenes que rondaban los 100 000 quintales, pero que a raíz de la Tarea Ordenamiento y la carencia del paquete tecnológico decreció los indicadores considerablemente.

En una visita a “Sierra Maestra”, hace algunos meses, el delegado Víctor Manuel Domínguez apuntaba que cerca de 200 personas permanecían sin vínculo laboral, y aunque la mayoría eran mujeres, los hombres que trabajaban como anegadores, ante la reducción de áreas arroceras, perdieron la fuente de empleo. La nueva propuesta se convertiría entonces en una alternativa en la que todas las partes saldrían beneficiadas.

ALTERNATIVA QUE PROMETE

En declaraciones al periódico Granma, Ariel García Pérez, director de la Eaig, explicó que se trata de una alternativa para poder explotar estas áreas que, debido a la escasez de recursos, se habían dejado de utilizar.

García Pérez dijo a Guerrillero que ante esta realidad se decidió ponerlas a disposición de quienes deseen hacerla producir con los recursos que hoy tiene la Empresa: semillas, agua, maquinaria, medios biológicos y abonos orgánicos.

“Es un proceso que se ha realizado prácticamente en horas, sin trabas y que traerá como ventajas la producción de carne y leche, porque han solicitado tierras también para ganadería”.

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Por su parte, Yoannis Campos Segura, presidente de la CCS Jorge González Ulloa, explicó que se hizo un nivel de prioridad con jóvenes desvinculados y con productores antiguos que podían incrementar hasta cinco caballerías.

“En total son 70, de ellos 53 que no tenían vínculo laboral y que están en proceso de hacerse socios de la cooperativa, los otros 27 son campesinos que decidieron ampliar su área”.

Hasta el cierre de octubre la CCS tenía 320 asociados, de ellos 290 arroceros. “Antes de este proceso eran 5 592 hectáreas de tierra tanto de ganado como de arroz. Por lo grande que era se tomó el acuerdo de dividirla y que el paquete tecnológico le llegara a los productores de la zona que sembraban un área compacta y por ahí entonces transitaba el plan de la cooperativa.

“El paquete tecnológico fue disminuyendo y algunos productores se quedaban fuera. Zonas como El Pinar, que tenía 32 productores, se fueron atrasando hasta llegar a ser una zona que hoy está de desmonte”.

El pasado 19 de noviembre Jorge Luis Tapia Fonseca, viceprimer ministro de la República, visitó la comunidad Sierra Maestra y el área conocida como El Pinar y constató que ya se realizan trabajos en los caminos de acceso y en los canales para reactivar el área, incluso 13 productores quieren volver a incrementar la siembra de arroz y de cultivos varios.

“Se trabaja con Planificación Física para asignarles un módulo de vivienda de madera, con un panel solar, para que el campesino pueda permanecer en su lote y darle las atenciones que requiere el cultivo. Esto también ayudaría a la vinculación de la familia con el campo”, explicó Campos Segura.

LA REALIDAD DEL CAMPESINO

Yoserky López LLobera es uno de los jóvenes que se motivó a solicitar tierras. Anteriormente era anegador y había quedado desvinculado. Luego de la visita del Viceprimer Ministro y una detallada explicación de las ganancias que obtendría, fue uno de los que sin dudar dio el paso al frente. Hoy, ante trabas y cambios en la ficha de costo, su percepción no es la misma.

“Si yo sé que iba a ser así no pido tierras. Me dieron dos caballerías y estoy agradecido porque antes era difícil coger un área. Pero con esos precios no se puede”.

Loivan Hano Abrahantes lleva 10 años sembrando arroz, es uno de los socios de la CCS que pidió un incremento. Hasta el 22 de noviembre hacía 20 días que él y Yoserky tenía la tierra roturada y no habían podido firmar la factura porque la ficha de costo cambió.

“Me facilitaron dos caballerías de tierra, las cuales están roturadas por la ficha de costo vieja. El arroz necesita no menos de cuatro labores, que me salía como en 5 000 pesos, ahora son 10 800, solo en la preparación, sin contar lo demás en lo que hay que invertir.

“Lo que explicó el viceprimer ministro en su visita fue que lo mínimo por hectárea era alrededor de 13 000 pesos de ganancia, pero ahora le cambiaron el precio a todo: el agua, la semilla, la aviación, y si encima no hay paquete tecnológico, prácticamente sembramos a riesgo. Eso no fue lo que dijeron al principio”, comenta Hano Abrahantes.

Añade este productor que no solo es la ficha de costo, que aún se discute, también existen muchas trabas propias del municipio, pues en un mes debe cosechar su arroz y no tiene el crédito todavía. También está la demora en el pago, que se ha extendido hasta cinco meses.

“Esto es nuevo. Nadie nunca pensó que se iba a hacer una agricultura sin paquete tecnológico. Hoy el paquete tecnológico es la tierra, el hombre, el agua, y el petróleo que se pueda adquirir”, apunta el presidente de la cooperativa.

Agustín Echeverría lleva más de 15 años en la “Jorge González Ulloa”, él también incrementó tierras y ya se ve la salud de su arroz, gracias a los bioproductos que ha comprado en la Estación Experimental del Arroz.

Agustín Echeverría incrementó sus tierras. Con el Fitomas ha logrado que su campo de arroz muestre buena salud / Foto: Dainarys Campos Montesino

“Ante la falta de urea aplicamos el fitomas, con cuatro pases, en la etapa que indican los especialistas, puedes obtener buenos rendimientos. Es una buena alternativa que sustituye el paquete tecnológico, pero el arroz lleva muchas cosas y no todos los que se incorporan ahora cuentan con el efectivo para hacerlo.

“Desde que se implantaron las 63 medidas, la orientación es que los organismos hagan el contrato cara a cara con el productor, la cooperativa no tiene que estar correteando detrás de nadie para que eso se haga. Aquí no han venido a explicar nada, ni del Banco, ni del ‘Cai’, ni de la aviación. Mientras tanto el arroz sin sembrar, y el campesino pasando trabajo.

“Para esta zona aquí no es igual la atención. Lo de nosotros es al pecho. A raíz de la visita de Tapia Fonseca es que se está viendo algo. Ahora se incorporan más de 50 productores, ¿cómo van a sembrar, con qué recursos, de donde van a sacar dinero para eso? Son muchachos que siempre han estado desvinculados, se motivaron y todo, pero con lo de la ficha de costo, se echan otra vez para atrás, porque no quieren endeudarse”, expresa Agustín.

Explica Yoannis Campos Segura que la inconformidad hoy está en que el precio del quintal de arroz cáscara húmedo que se le vende a la Empresa sube entre 1000 y 1 300 pesos en dependencia de la ficha de costo, lo cual están en discusión por los servicios que va a brindar la granja.

“Hay muchos productores que tienen que solicitar un crédito y 53 de ellos son desvinculados. Primero deben hacerse clientes del Banco, y de acuerdo con su política, deben presentar un codeudor con no menos de 35 000 CUP en una cuenta fija. Quiere decir que esa persona va a pasar un poco más de trabajo para comenzar a producir la tierra.

“Los más veteranos en la labor, que son clientes hace más tiempo y tienen resultados no van a tener problemas, pero se han dado casos de personas que piden un crédito y luego se van del país, por citar un ejemplo. Todo eso influye.

“Los que tienen un nivel de preparación y que adquirieron algunos medios con el paso del tiempo, como picadoras o tractores, tienen una ventaja, pero la mayoría de las soluciones van a correr por el efectivo”.

Añade el presidente de la CCS que la maquinaria que tiene la Empresa, que además está sobrexplotada, no alcanza para prestarle el servicio a todos, que es como debería ser, eso sin contar la falta del paquete tecnológico, que se ha ido paliando gracias a varios experimentos y estrategias.

“Son varios elementos para el rompecabezas. Pienso que la forma más efectiva para que haya producción es que mediante el crédito se le apruebe al productor determinado efectivo para que, al no poder alcanzar las labores que brinda la Empresa, puedan hacerlo contratando a particulares, ya sea a través de mipymes o mediante un contrato en la cooperativa, con los precios de mutuo acuerdo”, refiere Campos Segura.

Agustín Echeverría resalta que la emigración también ha golpeado los resultados productivos. “La juventud lo que hace es venir un año, sacar una cosechita, cobrar el dinero y se van. Así no podemos tampoco levantar”.

Coinciden los productores en la voluntad de sembrar el grano que tanta falta le hace al pueblo, pero abogan por un equilibrio en que ganen todas las partes. Hombres como Agustín o Loivan, quienes ha dedicado buena parte de su vida a las labores arroceras, necesitan que el esfuerzo y el sacrificio, al final, les dé la cuenta.

Tomado de Guerrillero

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