Anabel Vizcaíno Muñoz es licenciada en Estudios Socioculturales y graduada de un curso de profesores de Español, profesora universitaria, máster en Ciencias y aspirante a doctora. Sin embargo, más que por sus títulos o su trayectoria profesional, considera que su reciente nominación como candidata a diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, por el municipio de Pinar del Río, se debe a esa vocación que ha tenido siempre de interesarse por los problemas de la gente.
A sus 35 años, considera que la posibilidad, cada vez más cercana, de integrar el Parlamento cubano, es una responsabilidad y un honor.
«Cuando me dijeron que iba a ser candidata a diputada fue una sorpresa, porque una está acostumbrada a ver grandes personalidades ahí.
«Entonces me he estado preguntando si estaré a la altura, si podré intervenir en la Asamblea como ellos lo hacen, sin equivocarme.
«Al principio sentí miedo, pero luego mi familia me convenció de que para las personas de mi circunscripción, que me escogieron como delegada, va a ser un orgullo que yo los esté representando también en el Parlamento».
Antes de ser nominada, Anabel ya tenía una larga trayectoria como presidenta de su cdr, y desde 2022 se ha estado desempeñando, además, como delegada a la Asamblea Municipal del Poder Popular.
«Creo que es por mi forma de ser. Yo soy muy hablantina, me gusta conversar con la gente, conocer sus problemas, tratar de ayudarlos, y aunque no tenga recursos materiales, al menos, saberlos escuchar. Quizá por eso les he inspirado confianza».
Aunque se dice fácil, advierte que detrás de sus funciones en el cdr 6 y en la circunscripción 97 del consejo popular de La Conchita, hay un esfuerzo enorme.
«Mi vida no se resume únicamente a eso. También tengo responsabilidades en mi trabajo (la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca), donde, además de ejercer como profesora, atiendo en mi Departamento la parte de ciencia y técnica, y el posgrado.
«Y a eso, súmele que soy madre de dos niñas pequeñas y que, cuando llego a la casa, debo asumir todos los quehaceres del hogar, con los mismos problemas que enfrenta todo el mundo».
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Durante la última semana, como parte de los recorridos de los precandidatos a diputados por comunidades, centros de estudio y de trabajo, Anabel ha tenido la posibilidad de dialogar con pinareños de todos los sectores y conocer otras realidades.
«Es muy saludable para nosotros poder establecer este tipo de intercambios, y no llegar al Parlamento sin saber lo que sucede en nuestro municipio».
Sabe que ser diputada en Cuba no entraña privilegios ni beneficios materiales, y advierte que nunca ha esperado nada a cambio de su labor en la comunidad.
«Para mí, es simplemente una nueva tarea que me llena de orgullo, y que voy a asumir con compromiso y responsabilidad».