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En tierra de Campeones, la historia merece su espacio

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Trofeos ganados por Vegueros en series nacionales y selectivas se almacenan en un local y ya muestran un lamentable estado de deterioro
Trofeos ganados por Vegueros en series nacionales y selectivas se almacenan en un local y ya muestran un lamentable estado de deterioro Foto del autor

Pinar del Río es tierra fértil de Campeones. Tras cada cita multideportiva, la más occidental de las provincias aporta muchas preseas a la Mayor de las Antillas, tal es así, que en alguna ocasión, un directivos del Inder afirmó: «Si Pinar va bien en el deporte, Cuba también».

Nombrar medallistas sería dejar fuera a figuras relevantes, cuando la lista la integran un buen número de ellos, pero el tema de este comentario va un poco más allá de mencionar protagonistas.

No existe hasta hoy un lugar en Pinar del Río que atesore esos momentos que tanta gloria entregaron al territorio, ya sea en eventos nacionales o internacionales.

Lo más cercano, es un pequeño espacio en el estadio Capitán San Luis donde se exhiben los títulos de las Series 50, 53 y la del Caribe en San Juan Puerto Rico, además de un grupo de fotos de nuestras glorias del béisbol.

Lo curioso es que ese lapso de tiempo (series 50-53) no son ni la tercera parte de la historia de la pelota en Pinar.

Muchos hablan de los famosos Vegueros, esos que ganaron seis Series Nacionales e igual cantidad de Selectivas, pero los más jóvenes desconocen la historia de lo que significó ese equipo para el béisbol en Cuba.

No existe un museo ni sala expositora que resguarde todos esos trofeos – hoy con un notable deterioro- en total abandono y olvido, en algún local de una instalación deportiva.

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El Salón del deporte pinareño, cuyo local cita en la calle Martí, se vislumbró como un proyecto prometedor. La construcción, formó parte de las obras por el Aniversario 150 de la titulación de ciudad a la urbe vuerltabajera, con chequeos sistemáticos por parte de las autoridades encargadas, sin embargo, hemos visto con el paso de los años, que todo se evaporó sin señales esperanzadoras.

Ante el actual contexto, esperemos que la Sala del deporte, ese que por historia vale recuperar con sus propósitos iniciales, no sea un lugar más para asumir otro uso comercial por las nuevas formas de gestión.

Los Campeones de Pinar del Río merecen un espacio, en el cual se exhiban medallas, implementos deportivos o piezas del uniforme que utilizaron para lograr la hazaña en cualquier terreno. Hagamos que el anhelo de muchos se materialice en un tierra de grandes exponentes dentro de la historia del movimiento deportivo cubano.

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