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La escuela cubana debe formar estudiantes conectados con las realidades de su entorno

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Más de 11 000 instituciones abrirán sus puertas este 1ro. de septiembre. Foto: José M. Correa

Cada territorio del país enfrenta hoy una situación diversa de cara al inicio del curso escolar 2025-2026, marcado en indicadores de cobertura docente, recuperación de instituciones y los retos que impone la transformación de la labor educativa.

Así lo precisó a la prensa Naima Trujillo Barreto, ministra de Educación, quien destacó que a ello se suman misiones como el trabajo preventivo sobre el uso de la droga, los temas vinculados a la violencia, y el embarazo en la adolescencia.

Por lo tanto –dijo– vamos a dar inicio a un curso en el que nos hemos propuesto atender lo contextual, lo diverso y lo individual, para poder responder con mayor calidad a las exigencias que tiene el proceso formativo.

La Ministra explicó que este año se completará la transformación curricular correspondiente al iii Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación, al insertarle el tercer grupo de grados.

Comentó que esta literatura, aunque llegará a las escuelas ya iniciado el curso, no significa una limitación para que esos años comiencen su docencia, pues para ello se han preparado los claustros.

Manifestó que esto implica un reto importante que debe compartirse con docentes y con las familias, a fin de que entiendan cómo se van a manejar las clases hasta tanto vayan llegando los materiales, y no existan incomprensiones.

«Los últimos materiales del segundo grupo sí han llegado a las instituciones, y la mayoría de los cuadernos ya están sobre las mesas de los niños y adolescentes de muchas instituciones del país», significó,

«Es importante que recordemos que, con el cuaderno –que en el aprendizaje se traduce en el tiempo-clase– se  desarrollan las habilidades, pues no hay que estar copiando el ejercicio, y viene con una concepción didáctica», expuso. 

Trujillo Barreto puntualizó que han podido asegurar los lápices y las libretas, aunque continúan con una norma ajustada, así como hojas, sobre todo para el caso de los profesores, y un número de tizas, y recursos que en la mayoría de los casos ya están en la institución educativa.

Al referirse a la labor educativa integral, la Ministra  detalló que «necesitamos continuar trabajando en asuntos que han sido siempre prioridad en nuestro modelo, pero que en momentos como este, en los que  hay una influencia extrema de las redes sociales, en las que  existen comportamientos y tendencias en el mundo de las que Cuba no queda exenta, reforzaremos el trabajo educativo, sobre todo en función, precisamente, de que podamos formar a un individuo que esté preparado para ejercer el debate con respecto al criterio ajeno, la tolerancia, la paz, la convivencia, la aceptación, y la construcción conjunta, como cualidades que no pueden faltar», enalteció.

Añadió, que se atenderá, desde la prevención, el tema del embarazo adolescente y el del uso de la droga, situaciones que de alguna manera han tenido expresión en nuestros contextos. «Yo creo que si hay algo que la familia cubana y la institucionalidad cubana no aceptarían nunca sería que algunos de esos flagelos pudieran formar parte de la vida cotidiana del país», afirmó.

Destacó como un reto, pero también como una fortaleza, la implementación del recientemente aprobado Código de la Niñez, Adolescencia y Juventudes, y convidó a utilizarlo en favor de que se perfeccione el trabajo educativo integral, a partir de los mecanismos de respuesta individualizada a situaciones que se presentan en esas tres etapas, expresados en esta norma.

El curso que comienza es el del año del centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, lo que inserta muchísimas motivaciones, y alrededor de este se ha ideado todo un programa para la Educación.

Precisó que ya se han evaluado muchas ideas, «queremos que nada sea efímero, queremos que aprovechemos este escenario particular para poder reconstruir asuntos de mayor profundidad, más allá de la conmemoración de una efeméride, de una recreación histórica de un hecho a través de una dramatización; queremos lograr cosas de mayor impacto y, por lo tanto, vamos a trabajar algunos elementos vinculados al propio pensamiento pedagógico del Comandante en Jefe.

«Esto permitiría –remarcó– tener obras elaboradas, algunos materiales específicos de lectura para distintas edades que refrenden el acercamiento, de una manera más natural, a la obra del Líder Histórico de la Revolución; y que los distintos grupos etarios con los que compartimos que, por razones naturales generacionales, no hallan cómo tener tan cerca su legado».

La Ministra de Educación se refirió a la necesidad de que «todos nuestros niños y adolescentes estén permanentemente conectados con las problemáticas de su entorno.

«Necesitamos que nuestra nueva ciudadanía tenga un pensamiento crítico, reflexivo, propio, que reconstruya su realidad no impuesta ni enterada por algo que les trasladamos. No podemos repartir una jaba de sentimientos, valores y convicciones, y ponérsela a otro, y asumir que ya la va a coger. Necesitamos que la gente piense, y para pensar hay que debatir, hay que dialogar. Esa es la escuela que necesitamos y en la que iremos, poco a poco, transformando cosas. Hay que hablar de todo lo que la gente necesita hablar, sobre todo con respeto», reflexionó.

Es preciso que la gente se vincule a los problemas, «porque luego hablar de los problemas va a ser más fácil que tratar de resolverlos», aseveró.

(Tomado de Granma)

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