Poco a poco, el Torneo de Clubes Campeones va logrando abrirse espacio en el eco popular, luego de retomarse la competición en 2024 tras 15 años en pausa. El interés por cada partido crece en aquellos territorios donde el béisbol brilla en lo más alto y se viven a tope desde el graderío. Es la verdadera fiesta de la pelota municipal que nunca debimos poner en asueto.
La actual versión, hasta ahora, viene mostrando señales positivas, equipos bien uniformados y rivalidad en el terreno, algo que siempre refuerza la atención de los aficionados. Justo cuando transcurren los compases finales ese interés se redobla, sobre todo, ahora que solo quedan dos clubes campeones para disputarse el trono absoluto del país.
Serán los Lobos de Pinar del Río y los Sultanes de Holguín quienes diriman una final inédita donde los favoritismos, en términos de pronósticos, quedan únicamente reservados para el diamante de juego. Tanta ha sido la paridad este año en la competición que el vigente rey —los Tiburones de Trinidad—, fue destronando durante la instancia semifinal.
Los Sultanes de Holguín llegaron al estadio Rolando Rodríguez con una meta muy clara: no darles vida ni tregua a los trinitarios. Y así lo hicieron el pasado sábado al vencerlos de forma convincente en una doble cartelera.
Frente a una concurrencia cercana a los 5 000 aficionados, los orientales no creyeron en el poder de los locales, y superaron al difícil escollo con marcadores de 8-5 y 2-1. El segundo duelo resultó no apto para cardiacos, cerrado de principio a fin, y donde el sultán Luis Santiesteban fue decisivo al conectar una pelota más allá de los límites del terreno trinitario.
Desde el montículo, las victorias corrieron a la cuenta de Steven Rodríguez, a primera hora, y de José Manuel Rivas en el segundo y definitorio pleito. Por su parte, los brazos de los gallos Yanielquis Duardo y Ariel Zerquera no pudieron detener el ímpetu de los Sultanes holguineros.
En la otra acera de camino a la final, los Lobos comandados por el otrora tercera base de los Vegueros, Donald Duarte, marchan a un paso indetenible sin tener compasión con ninguno de sus adversarios. Hasta el momento los pinareños andan invictos, a base de un sólido cuerpo de lanzadores y una buena ofensiva.
Los últimos en sentir la fuerza de los más occidentales fueron los Cocodrilos matanceros, quienes recibieron dos golpes fulminantes en su propio estadio, el Victoria de Girón.
Otra vez el diestro Frank Luis Medina garantizó desde la lomita el primer éxito de los vueltabajeros con marcador de 10-3, mientras que el relevista Frank Denis Blanco apuntaló la victoria de 3-2, con la que aseguraron su puesto en la gran final del Torneo de Clubes Campeones.
(Tomado de Juventud Rebelde)
