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Cuba: Mejor sin Bloqueo

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Cuba: Mejor sin Bloqueo

La historia de Cuba y su pueblo es una historia de resistencia y sobran los ejemplos. Muchos nacimos con bloqueo, otros vieron cambiar su vida, ante la imposición de una decisión injusta. Todos somos testigos de cuánto han hecho nuestras familias para saltar los obstáculos que nos impone una medida que, como ha afirmado en varias ocasiones nuestro canciller, define la naturaleza de la política de los Estados Unidos hacia Cuba.

Frente a esa realidad que daña a la familia cubana cómo desarrollarnos, cómo vivir a pesar de las carencias, cómo salir todos los días a trabajar, a estudiar, a crear.

Humanismo y solidaridad nos han traído hasta aquí, como la gran familia que somos, en una Cuba donde en momentos difíciles, se pusieron a prueba las prioridades de la Revolución y salvarnos a todos, fue siempre la primera. Nuestros científicos hicieron vacunas para salvar un país, se crearon ventiladores pulmonares cuando el bloqueo impidió adquirirlos, los profesionales de la salud se crecieron, los jóvenes asumieron como voluntarios en zona roja, nos apoyamos unos a otros con disímiles iniciativas, hicimos mascarillas, donamos medicamentos para el que lo necesitaba, apoyamos a las personas en situación de vulnerabilidad. La historia del enfrentamiento a la pandemia, fue también una historia de resistencia creativa frente a todas las limitaciones que impone un bloqueo.

Aún con esa voluntad del cubano de echar para adelante, de apoyarnos, cuidarnos y crear, valdría la pena imaginar cuántas cosas más podríamos hacer sin bloqueo.

Voy a poner un solo ejemplo, Pinar del Río, devastada tras el paso del huracán Ian, tuviera hoy un por ciento más elevado de electrificación, si Cuba dispusiera de los más de 600 transformadores dañados por el ciclón, mientras los trabajadores del sector eléctrico se empeñan en recuperar lo que se tiene en medio del desastre que ha dejado otras carencias y también ha ratificado esa fibra solidaria de la que estamos hechos.

De todo el país ha llegado la ayuda, manos y corazones levantan una provincia que agradece cada gesto con sinceridad, pero también entre nosotros se ha reactivado ese espíritu de compartir lo que tenemos y uno puede encontrarse en cualquier rincón de la geografía pinareña, por muy lejano y distante que parezca a estudiantes universitarios, jóvenes artistas, creadores, científicos, militares, intelectuales, constructores, hidráulicos, forestales, trabajadores no estatales y de la electricidad llevando su mensaje de aliento, de luz, de esperanza.

Allí donde los vecinos hicieron comidas colectivas cuando los prolongados apagones fueron agotando las reservas, donde se pusieron extensiones para cargar móviles, donde la gente se fue avisando que se restablecía el servicio eléctrico y ponía su casa, su nevera y el agua a disposición de los demás, allí donde la resistencia y la confianza son el sostén, Cuba se fortalece porque en la unidad está la verdadera consolidación del proyecto que defendemos.

Resistir es la decisión de alzarnos desde el talento, la creatividad y la inteligencia colectiva para buscar soluciones a todos los problemas que se nos presentan en la vida cotidiana, esa existencia signada por la crisis mundial, una despiadada y desigual guerra mediática y un bloqueo reforzado.

Queremos vivir mejor sin bloqueo, tenemos ese derecho, queremos que nuestros hijos tengan un futuro mejor, que no tengamos que dar media tableta donde se indica una porque el medicamento no nos alcanza, que no tengamos que lanzarnos todos los días en una maratón para subir a los pocos ómnibus que pueden circular porque escasean las piezas de repuesto, que podamos consultar publicaciones científicas en bases de datos que hoy se nos cierran porque somos cubanos.

El bloqueo tiene 60 años, es la pandemia permanente, el huracán constante del que hablo el canciller cubano al presentar el Informe que es debatido en la Asamblea General de Naciones Unidas y donde seguramente será el mundo volverá a condenarlo. Ese bloqueo que intenta paralizarnos, encontrará siempre un país donde el humanismo, la solidaridad y la voluntad de resistir, crear y transformar nos salva.

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