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El problema que sufre el mundo es la ofensiva del capital, y hay que concientizarlo

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En la tarde de este jueves, desde el capitalino Palacio de las Convenciones, sesionó un Seminario sobre el mundo y sus múltiples crisis en lo económico. Varios expertos aportaron sus pareceres en una jornada que contó con la presencia del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y que forma parte del XIV Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, en su tercer día.
En la tarde de este jueves, desde el capitalino Palacio de las Convenciones, sesionó un Seminario sobre el mundo y sus múltiples crisis en lo económico. Varios expertos aportaron sus pareceres en una jornada que contó con la presencia del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y que forma parte del XIV Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, en su tercer día. Fotos: Estudio Revolución

“No nos vamos a rendir”. Y luego de pronunciar esa frase, en la tarde de este jueves, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, habló de buscar caminos, de seguir haciendo el socialismo cubano, de avanzar mientras se rectifica lo que sea necesario cambiar.

La afirmación del Jefe de Estado, desde el Palacio de las Convenciones en La Habana, tuvo lugar durante un Seminario de expertos de varias insituciones académicas -que sesionó como parte del XIV Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, en su tercer día-.

Hacia el final de una tarde hecha de reflexiones, el dignatario agradeció a los expertos por haber llegado hasta la Mayor de las Antillas, y habló sobre las dos motivaciones fundamentales que le hicieron estar presente en el importante foro: en primer lugar, dijo, “el compromiso que tenemos por el rescate de estos eventos” fundados por el Comandante en Jefe Fidel Castro.

Al respecto, Díaz-Canel enunció que el encuentro podría tener lugar cada dos años, en pos de mantener los debates y lograr consensos, y para actualizar puntos de vista.

La segunda motivación -explicó- tiene que ver con el aprendizaje, “sobre todo para los que tenemos tareas de dirección en un país socialista”, en un país ubicado a 90 millas del imperialismo, y víctima de un bloqueo recrudecido.

Habló entonces sobre la importancia que reviste el enfoque desde la economía política y desde el análisis marxista, algo que ayuda mucho a perfeccionar lo que se hace, y para “mantenernos en el camino de la construción socialista”.

El debate

Viendo cómo están las cosas en el mundo actual, es obvio que este vive una crisis severa. Hay expertos para quienes está claro cuán obsoleto resulta ya lo normado y regulado una vez que terminó la II Guerra Mundial. Se habla en términos de desorden extremo.

Así se expresó en la tarde de este jueves el especialista Jaime Estay, de México, durante el debate del Semario, ese conjunto de reflexiones que precedieron a la intervención del Presidente Díaz-Canel Bermúdez.

Jaime Estay habló sobre “El actual (des) orden monetario y financiero internacional”. En su opinión, lo que tipifica al mundo contemporáneo es la presencia de un desorden extremo y la aplicación de estrategias cuyos resultados son pésimos.

Los grandes problemas del Orden Financiero Internacional quedaron al descubierto a la altura del 2008, 2009, y tuvieron un comienzo en Estados Unidos, con aquella crisis inmobiliaria que acaparó titulares. Así lo afirmó el experto mexicano, quien también subrayó que tal situación creó una nueva arquitectura financiera a nivel planetario.

Mucho se ha escrito, dijo, para enfrentar la crisis, pero la realidad es que el volumen de productos, hoy, es similar al existente en 2009. Entre otros males enumerados por el economista mexicano, el mercado cambiario sigue casi igual, y un problema está estallando: hay un creciente endeudamiento, países casi a punto de declarar sus incapacidades de pago.

“En general lo que hay es un deterioro agudo del sistema financiero y monetario internacional, y en mi opinión no está siendo enfrentado”, aseguró el experto.

Otras preocupaciones fueron compartidas en el intercambio: Alejandro César López Bolaños, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se preguntó en su exposición si las infraestructuras que se están creando en el mundo responden a la sociedad, o al capital. Lo dijo desde la certeza de que no se está pensando en términos de desarrollo.

“El poder del dinero en la hegemonía mundial” motivó otras reflexiones. La estudiosa venezolana, Pascualina Curcio, de la Universidad Simón Bolívar, recordó que el dinero ha servido para dominar pueblos; que el dinero tiene el poder de bloquear, de chantajear, de presionar a la banca; y que está sirviendo para la guerra económica que el imperio hace a países estigmatizados.

Es algo, denunció ella, de lo cual quien ataca nunca habla. Es muy sutil y soterrada, por ejemplo, la manipulación del dinero, el ataque a una moneda a través del tipo de cambio. Es algo que puede marcar la vida de una sociedad, muchas veces buscando insinuar la ineficiencia de gobiernos que no estén alineados al orden mundial.

Julio Gambina, profesor de la Universidad de Buenos Aires, reflexionó también sobre cómo estamos viviendo “un tiempo de desorden”. Denunció que la intervención, sin cotos, de Estados Unidos en el mercado mundial, ha desatado un liberalismo sin límites. En la misma línea de pensamiento razonó que la liberalización continúa pero con sanciones; que la inflación y la desaceleración de la economía no golpea a todos por igual; y que existe una posibilidad alentadora en la interacción dialéctica que se da entre los pueblos y los gobiernos que revolucionan sociedades.

“El problema que tenemos es la ofensiva del capital”, dijo, y resaltó que resulta vital concientizarlo. No se puede diferenciar el accionar de los gobiernos de las dinámicas populares, insistió.

Una historia al detalle de la economía cubana en Revolución compartió el experto José Luis Rodríguez, cuyo eje conceptual defendió la tesis de la necesidad del socialismo para alcanzar el desarrollo en un país como la Mayor de las Antillas. El economista hizo un recorrido por las distintas etapas, casi todas lideradas por el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien buscó siempre, incluso en los momentos más difíciles, medidas audaces, que dieran frutos a sabiendas de que la Isla arrastraba una gran dependencia de otras etapas históricas.

Industrialización, biotecnología, turismo, fueron caminos emprendidos por la Revolución, sin negar la premisa fidelista según la cual el socialismo es condición básica para el desarrollo. Gracias a ponerle pensamiento a todo, expresó José Luis Rodríguez sobre Cuba, “es que estamos aquí hoy”.

“Perspectivas del capitalismo en Paraguay”, de Alhelí Gonzalez Cáceres (de Paraguay y formada como economista en Cuba); la integración caribeña frente a injerencias externas; crisis y ciclos periódico-industriales en Argentina y el mundo (del 2017 al 2023; crisis estructural de capital en un gigante como Brasil. De esos temas de actualidad se habló en una jornada de pensamiento cuyo factor común podría definirse en el retrato de un planeta que ha tocado fondo en todos los órdenes, y que demanda, urgente, una nueva arquitectura financiera, monetaria… y hasta filosófica.

“Sin conciencia social los pueblos no pueden hacer Revolución”.

Cuando los ponentes del Seminario cerraron la jornada de análisis, desde la presidencia del recinto pidieron al Presidente Díaz-Canel que compartiera algunas ideas con los expertos. Entonces el mandatario explicó algunas realidades del mundo y de Cuba, a punto de partida de ideas que habían sido escuchadas en la sala.

Habló él sobre la experiencia Isla adentro, sobre cómo, para salir adelante en todos los ámbitos de la sociedad, Cuba acude al pensamiento de sus expertos y científicos. El Palacio de la Revolución, recordó, parece un Palacio de Ciencia, porque nada de lo que se discute se hace sin la presencia de los expertos. Así es, enfatizó, para que no haya equivocaciones.

Seguidamente el Jefe de Estado hizo reflexiones a partir de lo vivido por él en la etapa durante la cual Cuba ha estado presidiendo el Grupo de los 77 más China: contó que, desde la Isla, ha existido la voluntad de desempeñar un papel muy activo; habló de los temas debatidos en la Cumbre del Grupo, celebrada en La Habana, en días previos al escenario en Naciones Unidas; y retrató el drama del mundo, de las brechas entre ricos y pobres, y de cómo en muchos escenarios las palabras distan de las urgencias reales: “¿Tratan de ganar tiempo engañándonos?”, dijo de quienes ostentan la hegemonía planetaria.

Díaz-Canel alertó sobre cómo siguen creciendo los gastos militares; y resultó inevitable su denuncia sobre la enorme herida por la cual se está desangrando el mundo: el genocidio del pueblo palestino en Gaza.

Sobre los países del tercer mundo, el Presidente cubano volvió a una interrogante que ya se ha hecho en más de una ocasión: ¿Cuándo los países pobres van a tener el financiamiento que necesitan para resolver sus problemas?

“Este desorden financiero internacional, advirtió, es el principal obstáculo para lograr el derecho al desarrollo en estos países”. Recalcó que los recursos imprescindibles les están siendo negados a las naciones que más los necesitan, y que constantemente están creciendo las brechas de desarrollo entre norte y sur.

En otro razonamiento sobre el mundo actual, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, afirmó que hay que seguir dando la batalla contra el endeudamiento, como lo hizo Fidel.

Sobre Cuba, hizo el retrato de un bloqueo recrudecido que hace la vida muy difícil al país. Habló del capítulo III de la Ley Helms Burton, cuya nocividad es que “internacionaliza el bloqueo”. Y seguidamente se remontó al período en el cual la Isla dio la batalla contra la COVID-19. Cuando la pandemia llegó, dijo, se produjo una confluencia de problemáticas que han golpeado duro en los últimos tres años.

Díaz-Canel resaltó: Aquí hay un lista larguísima de cosas que necesita el país y tenemos que volvernos magos para resolver algunas prioridades. Y en tal sentido explicó que Cuba no ha podido “ponerle” inversión a sus infraestructuras, las cuales se trazan con gran vocación de potenciar programas sociales.

El dignatario desmontó en su explicación cómo es que funciona una Guerra No convencional -como la que se le hace a Cuba-; se refirió a cómo echa a andar una maquinaria mediática que forma parte de esa guerra. Es con los medios de comunicación, denunció, cómo el imperio ha podido camuflar “su responsabilidad con el conflicto europeo y con el conflico en Gaza; esas son las tristes realidades del mundo”.

Estoy de acuerdo, comentó en otro momento de su intervención, en que hay una contrucción ideológica creada para la desestabilización, y todo eso lleva a la tesis del Estado fallido, lo cual es una construcción que responde a la Guerra No Convencional.

“Todo está orientado a fracturar la conciencia social. Sin conciencia social los pueblos no puede hacer Revolución”, resaltó el dignatario, quien destacó que trabajando Cuba saldrá adelante, producirá las riquezas que necesita, y las distribuirá con la mayor justicia social posible.

Luego de volver a la etapa de lucha contra la COVID-19, y del triunfo contra esa terrible dolencia, Díaz-Canel hizo alusión al concepto de la “resistencia creativa” compartido por él con el pueblo -concepto nacido de las horas duras de enfrentamiento a la enfermedad-, el cual se ha traído a los combates de hoy: “¿Resistimos nada más?: Resistimos y avanzamos”, dijo el dignatario y recordó la solidaridad de la Isla, con otras latitudes, una vez que logró la hazaña de hacer sus propias vacunas.

“A nosotros nos están aplicando la lógica imperialista, y la respuesta nuestra será la construcción socialista”, expresó el Jefe de Estado, quien no pasó por alto que en la Isla se han cometido errores: “Haremos en los próximos meses correcciones con nuestro pueblo, pero no vamos a renunciar a la construcción socialista”, afirmó Díaz-Canel, quien definió que eventos como el de Globalización ofrecen aprendizajes, dan luz, y “nos ratifican muchas convicciones”.

(Tomado de Presidencia Cuba)

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