Twitter será cada vez más política. La red social comandada por Elon Musk volverá a permitir los anuncios políticos y suavizará la prohibición establecida en 2019 para tratar de obtener una nueva fuente de ingresos.
Así, permitirá que tanto cargos electos como grupos de activistas puedan volver a pagar para amplificar sus mensajes sobre causas políticas específicas y tratar de ser más influyentes con los electores. «En las próximas semanas» eso se extenderá a otros tipos de publicidad política.
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«Creemos que la publicidad con causa puede facilitar la conversación pública sobre temas importantes. Hoy flexibilizamos nuestra política de anuncios con causa en Estados Unidos. También tenemos previsto ampliar la publicidad política que permitimos en las próximas semanas», ha explicado la compañía en un mensaje publicado el martes.
«De cara al futuro, alinearemos nuestra política publicitaria con la de la televisión y otros medios de comunicación», han añadido en otro tuit.
Caída de los ingresos
Con ello, Musk busca abrir nuevas vías de ingresos para reforzar el endeble negocio de Twitter, que compró por 44.000 millones de dólares. Desde que tomó el control de la compañía en octubre, la presión por rentabilizar esa gigantesca inversión ha llevado al magnate a introducir una serie de cambios –desde poder comprar la insignia azul de verificación de cuenta hasta volver a permitir la desinformación sobre el covid– que han ahuyentado en masa a muchos anunciantes, la base de su modelo económico.
Antes de la llegada de Musk, el 90% de los ingresos de Twitter provenían de la publicidad. Según los datos de la empresa en 2018, los anuncios políticos suponían una parte muy mínima del total de ingresos publicitarios generados.
Esta decisión pone a Twitter a la par con otras plataformas como Facebook o Youtube, que ya permiten la publicación de contenidos políticos de pago, algo que sin embargo no permiten otras como TikTok.
El fundador y antiguo director ejecutivo de la compañía, Jack Dorsey, prohibió parte de los anuncios políticos en noviembre de 2019, imponiendo ciertas restricciones como personalizar la publicidad para dirigirla a grupos específicos de personas. Entonces, aseguró que permitir la propaganda partidista pagada supondría «ramificaciones significativas que la infraestructura democrática actual puede no estar preparada para manejar».
Tomado de El Periódico