La finca San Pedro, donde hace más de 100 años la familia Ortúzar cultiva tabaco de excelente calidad, ha apostado por lograr mayor control del proceso preindustrial. Aquí, funciona una de las trece escogidas que en Consolación del Sur son administradas por los propios productores.
«Hemos logrado detener el deterioro de algunas hojas en la cosecha y en el beneficio, basados en las normas aprobadas para estas estructuras», asegura José Ángel Ortuzar, campesino de la CCS 26 de Julio.

Con esta práctica, que extiende el Grupo Empresarial Tabacuba en fincas familiares con las condiciones necesarias para asumirla, se garantiza calidad y mayor ganancia para los trabajadores, explica Ortuzar.

La escogida B-59 está estructurada por departamentos y cuenta con las condiciones requeridas para obtener hojas de excelencia de la actual campaña, en la que sembraron seis hectáreas de tabaco tapado y siete de sol ensartado.
Tenemos cámaras de fermentación y equipos de clima, que propician una temperatura agradable y facilitan las jornadas de trabajo de las 40 personas que laboran aquí, comentó.

Asimismo, disponen de equipos diseñados para garantizar la humedad que requiere el tabaco, lo que permite conservar las características organolépticas de las hojas.
La realización y control del beneficio del tabaco posibilita mejores resultados económicos a los campesinos, «un resultado que involucra a todos y también es un beneficio para el propio Estado», añadió José Ángel
En la escogida B59 en la finca San Pedro, ubicada en el macizo tabacalero de Puerta de Golpe, combinan responsabilidad y sentido de pertenencia con adecuadas condiciones para la selección de las hojas y confort en las áreas de producción.