Holanda demostró una vez más por qué es la bestia negra de Cuba en certámenes internacionales y la superó cuatro carreras por dos durante el debut de ambos equipos en el Quinto Clásico Mundial de Béisbol.
En el estadio intercontinental de Taichung, desde el primer inning, poco provecho sacó Cuba de la escasa profundidad del picheo holandés.
El abridor tulipán Tom de Blok, con rectas entre 92 y 93 millas y varios rompimentos, mostró síntomas de descontrol desde el inicio, otorgando tres boletos. Cuba llenó las bases, pero a la hora buena Lorenzo Quintana bateó para doble play.
Al cierre del segundo, Yadil Mujica, quien entró a la alineación por la lesión de Ibáñez, pegó doble al derecho que trajo la primera carrera para Cuba, con Guibert en circulación.
Luego, en el tercero, los discípulos de Hensley Meulens empataron el juego. Al cabo de cuatro completos, el abridor cubano Yariel Rodríguez terminó su actuación, tras realizar una convincente faena desde los primeros compases del choque.
Con envíos de hasta 97 millas, el camagüeyano, permitió una carrera, tres jits, un boleto y dos pelotazos. Dio, además, seis ponches, valiéndose de un amplio repertorio (recta, slíder, curva y sínker).
Fue a su rescate el zurdo Onelki García, quien lo hizo bien, con velocidad sobre las 90 millas. Las complicaciones llegaron en el sexto cuando García permitió boleto y jit.
Entonces, fue sustituido por Carlos Juan Viera, a quien le conectaron el imparable que pondría delante a Países Bajos. En ese mismo capítulo, los tulipanes fabricaron otras dos, para poner el choque cuatro por una.
La segunda anotación de los cubanos llegó en el séptimo por doblete del santiaguero Guibert y luego rolling a segunda de Yadil Mujica, quien remolcó dos en el desafío. Por su parte, Guibert fue el que anotó en las oportunidades, o sea, que las carreras las produjeron los dos hombres que alinearon de últimos.
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Por Cuba desfilaron sobre el montículo Yariel Rodríguez, Onelki García, Carlos Juan Viera, Luis Miguel Romero y Liván Moinelo, quienes permitieron siete jts. Además, recetaron 13 ponches y otorgaron nueve bases por bolas.
Por Holanda subieron al box: Tom de Block, Derec Wes, Erick Méndez, a la postre ganador del duelo. A los lanzadores holandeses, les conectaron solo tres imparables, todos dobles.
Países Bajos aprovechó al máximo las oportunidades de fabricar carreras, mientras que Cuba embasó a seis hombres, pero no bateó.
Se produjeron quince conexiones de rolling. Sigue siendo la ofensiva, la deuda pendiente en eventos foráneos.
De positivo, calificamos el robo de segunda base de Roel Santos, empleando la velocidad en función de la ofensiva, así como que Céspedes ganó dos boletos, aunque no exhibió su mejor forma, al igual que Luis Robert que vino a encontrarse en las postrimerías del choque, cuando conectó tubey en el séptimo.
La defensa estuvo bien por ambos conjuntos. No se cometieron errores.
El picheo cubano se comportó a la altura. El abridor Rodríguez cumplió su función, retribuyendo la confianza que le dio la dirección para abrir este importante desafío. Algo que atentó fue que los relevistas hicieron trabajo con un marcador adverso, o sea, para lo que no se habían preparado.
Esta derrota obliga prácticamente a Cuba a ganar los otros tres desafíos que le restan de su grupo ante Italia, Panamá y Taipéi de China.
Tomado de Cubadebate