Un mes después de la llegada de la Invasión a Mantua, hecho que llenó de gloria a la villa al anochecer del 22 de febrero de 1896, los escuadrones de Ramón Lazo y José Estévez, en cumplimiento de la orden dada por el coronel Antonio Varona, redujeron el pueblo a cenizas. El hecho trascendió la historia como la Quema de Mantua.
Según investigadores antes de ejecutar la acción, se ordenó a las familias mantuanas que desalojaran sus viviendas y sacaran de ellas cuanto había de valor.
También a las instituciones oficiales y al cura párroco, el bayamés Martín Vidalomat y Gelabert, quien con ayuda de los feligreses extrajo las imágenes y la documentación de la Parroquia, en tanto, logró trasladarlos en carretas tiradas por bueyes a Los Arroyos.
De acuerdo a apuntes sobre la Quema de Mantua, al desplomarse la Parroquia, desde la torre cayó la campana que el 22 de enero de 1896 anunicó la entrada de la columna invasora, que rpotagonizó Antonio Maceo hasta la región Occidental de Cuba.
Le puede interesar: Prevé Etecsa acercar sus servicios a comunidades más apartadas de Pinar del Río.