Javier Martín Marín, heredó de su padre la sabiduría y el amor por una tradición que distingue a las familias de San Juan y Martínez.
Empecé poquito a poco. Mi papá fue campesino y una vez que terminé el servicio militar, me incorporé a trabajar junto a él en el tabaco, rememora sus inicios en el cultivo, mientras mantiene panea con la mirada su cosecha.
Es de físico corpulento como el de un hombre rudo, pero con una sutileza extrema para cuidar y cultivar el tabaco.

Para este productor, es esencial la dedicación a la planta desde el momento de siembra, y ello, quiere decir «dedicarle todos los días el tiempo que lleva, es como una flor que si no lo riegas se marchita y muere».
En esta campaña de tabacalera, Javier asumió el mayor compromiso de siembra del municipio. Seiscientas mil posturas de la variedad Corojo 2006 crecieron en las hectáreas de Vega Fina que posee, reto ambicioso que logró vencer con dedicación y el arrojo que caracteriza a quienes a diario apuestan junto a él por la calidad en la cosecha.
«Mi objetivo es llegar a cien toneladas, y hasta que no llegue no paro», comparte con la certeza de quien tiene muy claro su meta y cómo lograrla.

Sabe que en ese camino es clave el esfuerzo y sacrificio, mientras demuestra su sabiduría curtida con varios años de entrega al campo.
Para obtener buenos rendimiento, también cumplimos con las atenciones culturales que lleva, y lo más importante, la fuerza de trabajo que labora conmigo; de ellos depende el resultado final
La construcción de otra casa de cura natural en busca de capacidad para resguardar las hojas advierte los nuevos desafíos que para la próxima campaña tabacalera tienen planes, Javier.
El año que viene pienso hacer mi primera campaña en el tapado, con la plantación de 50 000 posturas, y entregaré igual resultado que en el tabaco de sol. Mi idea es producir más y más, yo lo necesito y el país, también.
Luego de tres décadas de nutrirse de los saberes de su padre, hoy transmite el legado a su hijo como continuador de la tradición familiar.
Javier Martín Marín es uno de esos productores tabacaleros que en San Juan y Martínez engrandece en el cultivo. Desde el surco escriben su historia y en cada cosecha forja su identidad.