Portada » En Cuba seguiremos construyendo esperanzas y futuros para nuestros hijos y para la humanidad

En Cuba seguiremos construyendo esperanzas y futuros para nuestros hijos y para la humanidad

Facebook
Twitter
Telegram
WhatsApp
Correo Electrónico
Imprimir
Nuestras luchas no han culminado. Cuba se alza y sobrepone desde su resistencia, su verdad y su propia voluntad de alcanzar la máxima dignidad para su pueblo, afirmó Morales Ojeda. Foto: Estudios Revolución

Compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República:

Compatriotas:

Muy relevantes son los acontecimientos históricos de nuestro proceso revolucionario que marcan el 24 de febrero como un día de especial simbolismo para todos los cubanos, fecha de homenaje y recordación patriótica.

Un 24 de febrero de 1899 entró victorioso el Generalísimo Máximo Gómez a La Habana; ese mismo día, pero de 1956, se proclamó la fundación del Directorio Revolucionario por el líder estudiantil José Antonio Echeverría; en la propia fecha, pero en 1958, inició sus trasmisiones Radio Rebelde, desde la Sierra Maestra; la voz de la verdad de nuestro Ejército Rebelde; en 1976, en el teatro Carlos Marx fue proclamada la Constitución de la República de Cuba en discurso memorable de nuestro General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución. Más recientemente, el 24 de febrero de 2019, quedó ratificada la vigente Constitución de la República de Cuba, con más del 86 % de respaldo popular.

Pero sin duda, la trascendencia mayor de la fecha tiene su raíz en aquel luminoso 24 de febrero de 1895 en que nuevamente el pueblo dejó testimonio indeleble de su rebeldía y espíritu revolucionario. Ese día, no fue solo en Baire donde se escuchó el grito de «Independencia o Muerte», dándole continuidad a la lucha que se había iniciado el 10 de octubre de 1868. Otros 35 puntos geográficos del Archipiélago fueron escenarios de alzamientos.

La Revolución iniciada en el 68, después de una paciente preparación, entraba en un nuevo periodo de guerra. Así lo proclamó el Manifiesto de Montecristi, firmado por José Martí y Máximo Gómez el 25 de marzo de 1895, víspera de su partida hacia la tierra cubana.

Casi 17 años habían esperado los patriotas cubanos para reiniciar la gesta independentista. Intensa había sido la labor de José Martí, máximo organizador de esa contienda, para unir en igual voluntad a los veteranos luchadores, a la nueva generación y a todos los dispuestos al combate, sin importar posición política o social.

El 24 de febrero de 1895 fue la demostración de que en Baraguá, el 15 de marzo de 1878, no se apagó la llama de la rebeldía, y de que, en lugar del cese de la lucha, El Zanjón fue solo una tregua para reiniciarla con mayores bríos y superiores proyecciones.

En su prédica constante, Martí censuraba el derramamiento de sangre si era inútil; pero reconocía la guerra como única forma de lograr un fin: la independencia y fundar, con ella, la república con todos y para el bien de todos.

La fundación del Partido Revolucionario Cubano en 1892, contribuyó decisivamente en forjar la unidad de los pinos nuevos y viejos. Su ejemplo y su capacidad de liderazgo permitieron crear las condiciones necesarias para que los cubanos retornaran a la manigua.

En esta ocasión el propio Martí reflexionó: «… si no está en pie, elocuente y erguido, moderado, profundo, un partido revolucionario que inspire, por la cohesión y modestia de sus hombres, y la sensatez de sus propósitos, una confianza suficiente para acallar el anhelo del país –¿a quién ha de volverse, sino a los hombres del partido anexionista que surgirán entonces?».

La contienda se reiniciaba bajo la dirección del Partido Revolucionario Cubano. Sin duda, la Guerra Necesaria, además de las hazañas militares realizadas por los mambises cubanos, constituyó una revolución de profundo sentido de la justicia, cargada de una eticidad que fungió como cimiento y legitimidad histórica a los jóvenes de la generación del centenario que, en 1953, se lanzaron a tomar el cielo por asalto y a rescatar para la patria la dignidad por la cual había luchado y entregado su vida José Martí.

En el vii Congreso del Partido Comunista de Cuba, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, lanzó una clarinada de espíritu mambí que inspira y moviliza frente a los desafíos que enfrenta el pueblo cubano en la coyuntura actual: «Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible».

Martí vio más temprano que nadie el peligro que significaba el naciente imperialismo estadounidense para Nuestra América, de ahí su idea de una guerra «breve como un rayo», que no diera tiempo a Estados Unidos a caer «con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América». La independencia de Cuba tenía un fin mayor: evitar que las Antillas se convirtieran en «mero fortín de la Roma americana».

También advirtió, en sus palabras, que las viejas contradicciones de la Guerra de los Diez Años y la Guerra Chiquita podían aflorar, y condujo magistralmente al consenso de los principales líderes de la época. Las experiencias de la primera guerra de independencia fueron aprovechadas en la conducción de la gesta libertadora del 95. No fue un proceso exento de dificultades y de contradicciones, pero la unidad se impuso como garantía de la victoria.

Esta vez, la insurrección independentista se extendió a todo el país. La invasión de Oriente a Occidente, con Máximo Gómez y Antonio Maceo al frente, socavó la fortaleza del ejército español y marcó el final del colonialismo hispano en la Isla.

Se consumó entonces el peligro alertado por José Martí: la intervención del Gobierno de los Estados Unidos fue catalogada como la primera guerra imperialista en la historia de la humanidad, despojó a los cubanos de una victoria por la cual habían luchado.

Cuba dejaba de ser colonia de España, pero pasaba a otra condición humillante: la de neocolonia de los Estados Unidos. Por coincidencia de la historia, el 1ro. de enero de 1899 se instauró en la Isla el Gobierno militar interventor norteamericano, que extinguía el dominio español. Y exactamente 60 años después, el 1ro. de enero de 1959, en Santiago de Cuba, Fidel Castro Ruz proclamaba el triunfo de la Revolución, que ponía fin al dominio neocolonial de Estados Unidos.

El grito de ¡Independencia o Muerte! de La Demajagua tuvo su continuación en el de ¡Libertad o Muerte!, de 1895. Y en ellos tiene sus raíces, y la savia que lo alimenta, el ¡Patria o Muerte! y el ¡Venceremos! que encarnan la decisión del pueblo cubano.

Ciento treinta años después regresamos a Baire como lo hiciera el propio Comandante en Jefe, a pocas semanas del triunfo de la Revolución. Sobre este hecho expresó:

«Después de este largo trecho que ha andado la República, nos imaginamos aquellos hombres que hace más de medio siglo concibieron para su patria grandes realizaciones, por las cuales ellos se decidieron a entregarlo todo. ¿Qué cruzaba por la mente de aquellos revolucionarios? ¡Cuántas esperanzas! ¡Cuántos sueños de felicidad para su país! Cuántas ilusiones, sin pensar quizás en lo lejos que estaban de realizarse todavía, porque la patria plenamente libre, la República absolutamente independiente y soberana, el pueblo dueño de sus propios destinos, fue un sueño de aquel día…».

Compañeras y compañeros:

Este 24 es también un día para recordar a cada héroe de la Patria que ha entregado su vida, y se ha dedicado con esfuerzo a la construcción y defensa de nuestra soberanía nacional.

Hoy, igualmente, nos preguntamos cuánto más quisieron ellos entregar por Cuba y su futuro, cuántos sueños aún no se han cumplido y cuánto debemos seguir construyendo.

Es este escenario de reafirmaciones, de continuidad en el camino de nuestra dignidad y de expresión de que cada uno de los héroes se ha multiplicado en todo un pueblo en pie de lucha.

Una nación que continúa escribiendo las más vibrantes batallas épicas frente a un imperialismo cada vez más agresivo, que acrecienta sus hostilidades e injerencia en nuestros asuntos internos, con evidentes expresiones neocoloniales, neofacistas y terroristas.

Nuestras luchas no han culminado. Cuba se alza y sobrepone desde su resistencia, su verdad y su propia voluntad de alcanzar la máxima dignidad para su pueblo.

Como aquel Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí, el Partido Comunista de Cuba tiene que seguir siendo la principal fuerza que garantice la unidad.

Ratificamos, como el líder de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro Ruz, que la unidad entre los revolucionarios, la dirección de la Revolución y la mayoría del pueblo es nuestra más importante arma estratégica, la que nos ha permitido llegar hasta aquí y continuar en el futuro, perfeccionando el socialismo.

Desde esa unidad, cada militante y ciudadano de bien tenemos el deber y la responsabilidad de fomentar actitudes y conductas acordes a lo que hemos soñado. Entre los revolucionarios no pueden existir falsos compromisos y doble moral.

Cada paso que demos, cada acción que emprendamos, debe constituir un tributo a los héroes del 95 y a todos aquellos que han entregado su vida por la libertad de Cuba.

Como ha expresado el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y cito: «En la Cuba de hoy, nadie necesita caminar muy lejos si quiere encontrar a las heroínas y a los héroes nuestros: ¡Son millones! Conforman el cuerpo y el alma de una Revolución que resiste y se rehace, incesantemente». Fin de la cita.

Nuestro Partido también velará por la continuidad generacional de esa unidad. Los pinos nuevos de hoy tienen que continuar escribiendo su propio Baraguá, su propio Baire, su Moncada y su Girón.

Hoy más que nunca es esencial que la Unión de Jóvenes Comunistas refuerce su liderazgo forjando patriotas, que es decir seguir haciendo patria. Para los jóvenes se hizo la Revolución, y hoy ratificamos que en ellos confiamos.

No estamos ajenos a la difícil situación que vivimos las cubanas y cubanos en esta tierra bloqueada por más de seis décadas. Sabemos que cada día la familia se debate en temas y vicisitudes económicas, así como, también, enfrenta situaciones sociales que no deseamos y se alejan de la realidad que hemos defendido.

Sepan ustedes que se mantiene firme nuestro compromiso de hacer crecer a Cuba, de construir justicia y alcanzar mejores condiciones de vida. Nos inspira el legado de cada uno de los que luchó por la libertad y, sobre todo, el respeto a los más de diez millones que nos acompañan en esta batalla.

Nuestras prioridades seguirán siendo luchar por mantener la unidad, generar participación y compromisos de todos en la búsqueda de soluciones. Velaremos siempre por el principio de que nada es más importante que la Revolución socialista.

Cuba requiere que hagamos bien las cosas, que lo hagamos con ejemplaridad y con convicción, para contribuir a que se cumpla el Programa de Gobierno, y que podamos impactar en la transformación de la situación socio económica del país.

Unido a ello, debemos fortalecer el proceso de rectificación de desviaciones y tendencias negativas en la sociedad cubana.

El espíritu de Baire necesita ser multiplicado en la producción de alimentos, en la recuperación energética, en el fortalecimiento de los programas sociales, en la lucha contra la corrupción, los delitos y las ilegalidades, y en cada acción dirigida a solucionar, entre todos, los principales problemas que enfrentamos.

Debe ser también una inspiración constante a la movilización y al combate ideológico en todos los espacios, digitales y físicos, en defensa de la Revolución.

Se trata de cumplir el llamado que nos hiciera el Primer Secretario del Comité Central del Partido a una vindicación permanente ante los persistentes intentos enemigos de denigrarnos como nación, siguiendo el ejemplo de José Martí en su memorable artículo Vindicación de Cuba.

La Patria enfrenta la persistente hostilidad del imperialismo yanqui, esta lucha no es nueva para nosotros. La historia está llena de episodios en los que la resistencia y la unidad del pueblo han triunfado ante intentos de opresión y desestabilización.

Hoy, esa misma fortaleza se pone a prueba, y es en este contexto que debemos reafirmar que ningún obstáculo externo, por poderoso que sea, podrá quebrantar la determinación de un pueblo que ha forjado su destino con sangre, sudor y amor a la patria.

Como dijera el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución, en el aniversario 60 del triunfo de la Revolución, y cito: «podemos afirmar que estamos curados de espanto, no nos intimidan el lenguaje de fuerza ni las amenazas, no nos intimidaron cuando el proceso revolucionario no estaba consolidado, no lo lograrán ni remotamente ahora que la unidad del pueblo es una indestructible realidad, pues si ayer éramos unos pocos, hoy somos todo un pueblo defendiendo su Revolución». Fin de la cita.

Compatriotas:

Estamos convencidos, y lo reafirmamos en nombre de nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba, del Estado y el Gobierno, que a la generación que hoy nos convoca el grito de independencia del 95 y el de Patria o Muerte de la Revolución, le asistirá la Victoria por siempre. En Cuba seguiremos construyendo esperanzas y futuros para nuestros hijos y para la humanidad.

¡Vivan los héroes del 95!

¡Viva el pueblo de Cuba!

¡Viva Cuba Libre!

¡Vivan Fidel y Raúl!

¡Viva la Revolución Cubana!

¡Patria o Muerte!    

¡Venceremos!

(Tomado de Granma)

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Relacionadas

Pinar del Río: ¡Es Primero de Mayo!

¡Es Primero de Mayo! La calle principal de la ciudad de Pinar del Río vuelve a ser testigo como otras tantas veces del desfile de los trabajadores. También las principales

Entregan altos reconocimientos a cinco trabajadores pinareños

Cinco pinareños, con contribuciones excepcionales al país y sobresaliente desempeño, estuvieron entre quienes recibieron títulos honoríficos y condecoraciones durante el acto de homenaje que tuvo lugar, en La Habana, como

Scroll al inicio