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¿Qué dicen los expertos del CNI sobre la vivienda en Cuba?

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¿Qué dicen los expertos del CNI sobre la vivienda en Cuba?
Este país, dijo Díaz-Canel, tiene que lograr un fondo habitacional fuerte, que resista los embates de los ciclones cada año. Foto: Estudios Revolución

El Consejo Nacional de Innovación es un órgano consultivo del Estado cubano. Su función central es asistir al Presidente de la República y hacer recomendaciones sobre cómo impulsar la innovación en el país.

El acuerdo del Consejo de Estado que amparó su creación en el año 2021 aclara que el CNI es una plataforma de discusión e intercambio de ideas y perspectivas entre especialistas del sector de la producción y los servicios, de las universidades, de las entidades de ciencia, tecnología e innovación, así como del gobierno cubano.

Bajo esa premisa esencial, esta semana fueron convocados al Palacio de la Revolución expertos de varias ramas a un debate necesario sobre uno de los problemas más grave del país: la vivienda.

Lea: En 2023: sacudir la inercia en pos del bienestar

A no renunciar nunca al ideal de bienestar, de belleza, al confort, a la armonía entre la vivienda, el entorno y el diseño, para que nuestro pueblo tenga más calidad de vida, convocó el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien encabeza siempre estas fecundas sesiones de trabajo, junto al primer ministro, Manuel Marrero Cruz.

Este país, dijo, tiene que lograr un fondo habitacional fuerte, que resista los embates de los ciclones cada año; no podemos seguir viviendo bajo el dilema de que cada vez que venga un huracán se pierdan miles de casas, que luego tenemos que volver a construir.

Con el reciente huracán Ian, recordó, de las más de 100 mil viviendas dañadas, una buena parte eran las llamadas facilidades temporales; personas que llevan más de 20 años pasando de facilidad temporal a facilidad temporal. “Esa no puede ser la solución para nuestra gente, ni para el país”, insistió el mandatario al término de un encuentro en el que los expertos del CNI hicieron varias sugerencias al Gobierno.

Propuestas desde la experiencia

Para el doctor en ciencias Gilberto Quevedo Sotolongo, profesor titular de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, cuando se analizan estos temas “hay que tener muy en cuenta que el país está en una fuerte crisis económica, que condiciona y limita sus posibilidades de desarrollo, pero en ese contexto hay más que nunca que trabajar por prioridades y sin dudas, por su impacto social, la vivienda y su correcta inserción en la trama urbana y en la rural debe ser una de ellas”.

Tenemos que establecer un concepto, afirmó, “la problemática de la vivienda es una responsabilidad estatal, lo cual no quiere decir que deba ser financiada totalmente por el Presupuesto”.

Sobre la producción de materiales para la construcción, consideró el investigador, existe una fuerte limitación en la producción de cemento por ser un alto consumidor de combustible fósil.

“Aunque el país cuenta con importantes investigaciones, debidamente probadas científicamente, para la formulación de un nuevo tipo de cemento — LC2 o LC3 — que disminuye significativamente el consumo de combustible y la emisión de dióxido de carbono, su introducción en la práctica solo ha sido en producciones locales o en pequeñas industrias; no se ha logrado introducir en la industria cementera, pese a sus grandes potencialidades”, aseguró Quevedo Sotolongo.

Hay muchos resultados científicos en el campo de los materiales de construcción, algunos de ellos introducidos, otro solo parcialmente e incluso algunos que no se han logrado llevar a la práctica. Se deben buscar las vías, consideró el profesor, para la total introducción de los resultados que estén debidamente demostrados científicamente.

Por otro lado, si se quiere dar un salto en el ritmo de construcción, agregó, hay que recuperar la capacidad de prefabricación. No se puede seguir construyendo fundamentalmente viviendas unifamiliares, pues, aunque en Cuba erróneamente no se le da valor al terreno, lo tiene.

Quevedo Sotolongo propuso la implementación de impuestos sobre la vivienda, las edificaciones y el uso del suelo, “por ejemplo: establecer el cobro de impuestos a viviendas con áreas habitables muy por encima de lo normado; a los dueños de edificaciones estatales que tengan locales sin uso y que pueden convertirse en viviendas; también por el uso incorrecto del terreno o por el no uso del mismo en la trama urbana. Los fondos obtenidos por el cobro de estos impuestos serían utilizados para el subsidio parcial en la construcción de viviendas”.

Por su parte, el arquitecto Andrés Olivera Ranero, también profesor titular de la Universidad de Las Villas, reflexionó que “cuando se habla de innovación, las proyecciones deben apuntar al logro de una ciudad sostenible, amigable y humana; que alcance un funcionamiento racional y una gestión eficiente y participativa”.

En esa meta, apuntó luego, hay factores que son claves y que están pendientes de resolverse científica e innovadoramente, como el aprovechamiento racional del suelo, principal recurso de desarrollo urbano; la movilidad ciudadana en su adecuada articulación con la transportación vehicular; el espacio público y su papel en la configuración de la ciudad y en la vida comunitaria; y la inserción de nuevas funciones y atractivos económicos, comerciales y turísticos, sin detrimento de los valores, imagen y coherencia de nuestras ciudades.

En las decisiones de localización de nuevas zonas de viviendas, subrayó, predomina la selección de lugares en la periferia de las ciudades y asentamientos, incluso con reservas de suelo construible y potencialidad de densificar racionalmente otras partes de la ciudad.

“La expansión innecesaria—a veces descontrolada— de nuestros núcleos urbanos encarece exponencialmente la gestión del abasto de agua, la solución de residuales, la energía, la transportación y los servicios comunales”, alertó Olivera Ranero.

El arquitecto villaclareño se refirió además a la diversidad de soluciones económicas y de bajo consumo de materiales industrializados, como son las bovedillas para techos y entrepisos, el uso de desechos agroindustriales y de otros procesos para la fabricación de elementos aligerados de muros, piezas de cerámica y suelo compactado.

Es necesario reconocer, comentó, que en nuestras universidades y centros de investigación y desarrollo del sector de la construcción esto ha sido estudiado y se han generado propuestas que deben recuperarse y actualizarse. Mencionó el Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (CIDEM), donde se ha avanzado en la puesta a punto del cemento LC3 y otras variantes, que han logrado desarrollos industriales y productivos, incluso con una planta piloto de investigación.

Para Dania González Couret, profesora titular de la Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría”, se necesita rescatar el rol que debe jugar el Estado en la gestión de la vivienda para toda la población. Le toca desempeñar un papel de director de orquesta, que no significa financiar, pero sí gestionar para todos por igual.

Habló de diversificar la oferta de viviendas, pero también la gestión, la ejecución, los actores que intervienen, y el financiamiento. “Es necesario buscar mecanismos que permitan buscar el dinero donde está, hay fuentes de financiamiento que no se están explotando”.

González Couret puso la mirada también en la autorización a entidades estatales para comprar viviendas de segunda mano para personas naturales. “ Hay que proteger a la población que esa es su única opción y tenemos que estimular que las entidades estatales, en vez de comprar casas que están llegando al fin de su vida útil porque tienen más de 60 años, promuevan la ejecución de nuevos edificios”, aseveró.

Gobernanza municipal, materiales, financiamientos 

La esencia es quién gestiona todo este proceso, quién es el centro de todo eso, sentenció al intervenir en el Consejo Nacional de Innovación Fernando Martirena Hernández, doctor en ciencias y director del CIDEM.

“En mis más de treinta años de experiencia me he dado cuenta que el gestor idóneo del proceso de la vivienda es el Gobierno municipal, el presidente del Consejo Municipal tiene que tener entre sus primeras cuatro prioridades resolver el problema de la vivienda de los habitantes de su municipio. Cuando eso se logra, las cosas funcionan”.

Para el reconocido ingeniero civil de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, el desarrollo de la gran industria, de materiales primarios como el acero, el cemento o el árido, es crucial. El país tiene un plan de inversiones serio en esta rama, pero el bloqueo no nos hace fácil las soluciones. Sin embargo, si se acude a la ciencia, a lo que se está haciendo hoy en los centros de investigación es posible, si no podemos resolver todos los problemas, sí mitigar sus impactos.

De varios temas disertó Martirena Hernández, entre ellos la importancia de seleccionar las tecnologías para construir, bajo criterios rigurosos y de validación; de crearles condiciones a los nuevos actores económicos, como las MIPYMES, para la construcción de viviendas en los territorios; y de abrir la mente a nuevas fuentes de financiamiento. Por qué no pensar también en que la inversión extranjera directa pueda participar de estas cosas a nivel municipal, preguntó.

Evaluó como un ejemplo muy positivo de conexión de la ciencia con la práctica, el programa de producción local de materiales, que representa la columna vertebral de la construcción de viviendas en Cuba.

En el 2010 eran 55 talleres, rememoró, y hoy en todo el país existen 468, “si se quiere hablar de sostenibilidad hay que hablar de esto”. Actualmente más del 80% de los materiales de la construcción que se compran para una vivienda son producidos en esos talleres.

En otra línea del debate, la doctora en ciencias Vilma Hidalgo de Los Santos, directora general de la Fundación de Innovación y Desarrollo de la Universidad de La Habana, consideró que “a veces uno tiene la sensación de que hacen falta muchas viviendas, pero también es necesario tener una mirada hacia toda la infraestructura que tenemos en el área pública y que a veces no está bien utilizada”

Hay que hacer un mejor uso de esas instituciones públicas, y la reasignación hacia el sector inmobiliario podría ser una solución, sugirió.

El alquiler, acotó, puede ser el mecanismo para hacer un mejor uso de las capacidades que hoy no están utilizadas. A través del alquiler se puede apoyar mucho a las familias de bajos ingresos, puede haber una regulación de carácter económico para ayudar a estudiantes, a matrimonios jóvenes, y a otros sectores vulnerables.

Asimismo, se refirió a disimiles vías de financiamiento: “las empresas pueden aportar, desde su ganancia, a la construcción de viviendas; está también el mecanismo a través de empresas de seguros que inmovilizan muchísima liquidez; la contribución del uno por ciento municipal; las multas que pueden ir a destinos específicos, como puede ser la vivienda, cuando tienen que ver con despropósitos urbanísticos; en fin, hay muchas fuentes que se pueden llevar a un fondo inmobiliario y conectar ese fondo con determinados recursos básicos del Plan, sin cargar al Presupuesto del Estado”. Hay muchas oportunidades, aseguró, para hacer innovación financiera y derribar las restricciones que hoy tenemos.

Un tema recurrente fue el uso de la ciencia para resolver muchos de los problemas que frenan el desarrollo de la construcción de viviendas en Cuba.

Jorge Núñez Jover, Presidente de la Cátedra de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación de la Universidad de La Habana, calificó de imperdonable la subutilización del conocimiento, de la ciencia, de la innovación, porque hay capacidad suficiente, hay disposición suficiente, pero no se está recurriendo en la medida necesaria.

Oídos abiertos

Como uno de los problemas más complicados de Cuba, calificó el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, la construcción de viviendas. Lamentablemente, es uno de los programas que no marcha bien, siempre se nos va por razones objetivas: porque no hay cemento, porque no hay acero, porque no hay recursos financieros para la importación. Pero la vida nos ha demostrado que hay muchas cosas que se pueden hacer, muchas de ellas planteadas por ustedes, afirmó.

En 2023, consideró, tenemos que hacer una mirada diferente a este asunto, “por eso yo creo que ha sido muy oportuno traer el tema al Consejo Nacional de Innovación”. El Ministerio de la Construcción y la Dirección de la Vivienda están haciendo análisis para rectificar la manera en que esto lo vamos a llevar, aseguró Marrero Cruz.

El Presidente de la República precisó que estamos en condiciones de vincular estas ideas a las políticas públicas sobre la dinámica demográfica del país, y también a la relacionada con los jóvenes que será llevada en próximas días a la evaluación del Consejo de Ministros, la cual incluye un tratamiento diferenciado al tema de la vivienda.

Díaz-Canel indicó incluir estas propuestas de los expertos del CNI en la nueva Ley de la Vivienda que se prepara; y que se debata este asunto en los Consejos Técnicos Asesores del Ministerio de la Construcción y del Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbano.

Tomado de Cubadebate

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