En la búsqueda de soluciones a los problemas fabriles, encuentran su realización profesional y personal. Sentir el ajetreo industrial es vida para un colectivo de trabajadores, que hace mucho tiempo dejaron de creer en imposibles.
Ellos son los innovadores de la Empresa de Productos Lácteos y Confiterías de Pinar del Río, responsables de mantener de alta la vieja industria.
Roberto Pérez Rodríguez mecánico industrial aseguró que a diario día a día estamos luchando en nuestro centro de trabajo enfrentan una batalla en su centro de labor
”Aquí somos 15 hombres con una misión clara: que el combinado no se pare y para eso ponemos ceso, y corazón. La obsolescencia industrial no nos detiene y a diario buscamos las soluciones porque somos conscientes de la responsabilidad que tenemos con la producción de alimentos”, acotó.
Estos hombres son conscientes de la responsabilidad que tienen. De su trabajo depende la elaboración de productos destinados a la canasta familiar normada, consumo social y venta a la población, de ahí que las ideas surgen de la rutina diaria.

Por ello, además de reparar, fabrican equipos para diversificar producciones. Así surgieron los encargados de hacer hamburguesas y rolitos de quesos, explicó Enrique Morejón Rivas, director de la UEB mantenimiento en la empresa.
“Nos dimos a la tarea de fabricar una pequeña máquina para producirlos, a partir de la necesidad de incrementar los surtidos a la población.
Inicialmente, tenía un solo cañón, es decir una sola salida y se producían unos 300 rolitos. Nos pusimos de acuerdo con quienes laborarían el producto y ellos nos sugirieron hacer algunas adaptaciones para lograr mayor eficiencia en la máquina. Hoy es de dos cañones y se hacen hasta 12 mil rolitos diarios. Además, estamos trabajando en una nueva versión de la maquinaria, para agilizar más el trabajo”, destacó.
La consagración de este colectivo les permitió elegir un delegado directo al venidero congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, responsabilidad que asumirá Fabián de Jesús Echaide.

“Es para mi un orgullo representar a los trabajadores del lácteo y del ministerio de la industria alimentaria. Los innovadores somos el corazón de la empresa, el bloqueo impide la llegada de equipos, piezas, repuestos y tenemos que inventar para mantener la industria. Es una gran responsabilidad poder representar a mi colectivo, pero lo haré, no los defraudaré,” sentenció.
Visitar el taller fabril del lácteo de Pinar del Río es comprobar las razones para celebrar un primero de mayo.