A cuarenta y un días del paso del huracán Ian por Pinar del Río urge cambiar realidades en la recuperación de la vivienda, más allá de borrar las huellas dejadas por el meteoro en ese sector, que reportó daños en la mitad del fondo habitacional de la provincia, asunto que lógicamente llevará tiempo por la magnitud del desastre.
Pero sucede que en Vueltabajo, a más de un mes del impacto del fenómeno hidrometeorológico, todavía se discuten los mismos problemas y la solución definitiva sigue ausente en municipios como Consolación del Sur, el territorio cabecera y San Juan y Martínez, por solo citar algunos ejemplos.
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Insuficiente fuerza técnica especializada para realizar el diagnóstico de las afectaciones, fichas técnicas incompletas, otras por certificar, muchas con errores, cálculos de materiales equivocados, son trabas que ralentizan el proceso de entrega de materiales a los damnificados.
El daño a la vivienda es inmenso tomando en cuenta el contexto económico actual, es injusto, entonces, sumarle desorganización y falta de previsión, aspectos que han marcado la cotidianeidad en esta etapa, decisiva para devolver la tranquilidad a quienes hoy conviven con el deterioro dejado por Ian en sus hogares.
Sobre este particular se han pronunciado en las últimas jornadas dirigentes del país y autoridades locales que con sistematicidad chequean el programa de recuperación de la vivienda en Vueltabajo.
Este fin de semana, en uno de esos recorridos habituales, trascendió que en el municipio de San Juan y Martínez, territorio que reporta alrededor de 11 mil afectaciones en su fondo habitacional, en la Zona de Defensa Boca de Galafre, es muy lento el ritmo de rehabilitación del sector, ¿La causa? Más del 60 por ciento de las planillas confeccionadas para acceder a la compra de materiales tienen errores…. Inadmisible, ¿verdad?
Pero el asunto es mucho más serio. Al punto de venta de la demarcación, quienes tienen sus documentos en regla no acuden porque los recursos son insuficientes para la reparación de las cubiertas, prioridad en esta etapa.
En ese sitio hay tejas de varios tipos, puntillas, pero faltan elementos imprescindibles para rehabilitar los techos como cemento y madera, renglones en existencia en almacenes y otros puntos de venta de la provincia.
Lo anterior denota falta de planificación, porque no tiene lógica enviar solo parte de la solución del problema, una insatisfacción de los damnificados, a quienes les resulta complejo alquilar transporte para cargar los materiales a cuenta gotas y como ha reiterado el presidente de la República “Es duro que no tengamos materiales para todos, pero más duro aún que los que haya y no los estemos usando bien”.
Lamentablemente esta no ha sido una realidad aislada, en Puerto Esperanza, municipio de Viñales, por ejemplo, en el punto de venta de materiales, el número de tanques de agua existentes superaba la cantidad requerida, en tanto en la cabecera provincial, era un elemento deficitario… ¿Paradójico no?
Lo cierto es que a Pinar del Río, a pesar de carencias financieras y económicas, ha llegado un volumen considerable de cemento, bloques de hormigón, colchones, mantas, entre otros, que lógicamente resultan insuficientes ante la magnitud del daño.
No obstante, distribuir con inteligencia y sentido común los recursos, organizar certeramente la distribución, sin dudas conducirán a que el por ciento de viviendas recuperadas se incremente… Recordemos que detrás de cada número hay una familia, que al llegar la noche tiene el cielo como techo y a pesar de la calamidad se aferra a la confianza.