En la mañana de este 7 de diciembre reeditaron en Consolación del Sur el tributo a los héroes de la patria. Vibró en este municipio el legado de quienes dieron su vida en defensa de causas justas. Mujeres y hombres que como millones son parte de la historia moderna de una nación que optó por no doblegarse ante los colonizadores.
Páginas gloriosas que forman parte del arsenal patriótico e internacionalista de la patria de Martí y Fidel. Una historia que merece estar presente en todas las generaciones de cubanos, como modo de actuar apegado a la justicia y única forma de vivir emancipados de las fuerzas imperiales que humillan y mienten.
Familiares y pobladores presentes en el Panteón de los caídos por la defensa recordaron historias de humildad y patriotismo que narran las hazañas de un pueblo solidario.
Este 7 de diciembre no llovió como en 1989. Las lágrimas que aquí derramaron, mojan el suelo fértil donde florecen los mejores hijos de Cuba, que unieron para siempre el patriotismo y el internacionalismo en la historia de la humanidad.
En la plaza, donde también estaban Antonio Maceo, Panchito Gómez Toro, Catalina Valdés y Fidel, circunda el dolor punzante de los que vieron partir a seres queridos en plenitud de facultades, que dieron sus vidas por la libertad y el progreso de otros pueblos. Dolor que no se irá jamás y que es parte del sostén moral y patriótico de un archipiélago de patria o muerte.
Como cada 7 de diciembre desde 1989, los consolareños rinden tributo a los caídos por la defensa. Acompañan a sus familiares y le depositan flores, que llevan implícitas el compromiso de mantener en alto las banderas de la independencia, la solidaridad, la lucha sin tregua contra las injusticias y por un mundo mejor.
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