Cada ocho de septiembre, miles de feligreses van al encuentro con la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en un sitio insigne de la ciudad de Pinar del Río.
100 años han pasado desde la apertura del templo Nuestra Señora de la Caridad, un espacio que venera a la virgen mambisa y al cual acuden los pinareños a contar sus penas, agradecer la escucha a sus plegarias o rendir tributo a quien ha acompañado a los cubanos desde que en el siglo XVII fuera avistada en la bahía de Nipe.
Para creyentes y no creyentes el lugar no pasa desapercibido. En el ir y venir rutinario de los pobladores de la urbe, se detienen las prisas en su cercanía; incluso los infantes se sienten atraídos por su belleza arquitectónica.
La Patrona de Cuba es símbolo de cubanía, resistencia, de fe en una isla diversa que intenta superar adversidades y no se rinde.














