Cuando el 25 de abril de 1994 abrió sus puertas la casita infantil Futuros Vaqueritos para responder a las necesidades de las madres trabajadoras de la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos, todos sabían que debía perdurar en el tiempo.
Ubicada en el consejo popular El Canal, en el pinareño municipio de Consolación del Sur, la iniciativa constituye una de las pioneras en Cuba y desde su fundación se ha mantenido fiel a su objeto social: la atención a la primera infancia.
Mayra Germán Molinet, licenciada en Educación Preescolar, ha permanecido al frente de la institución desde sus inicios, por eso da fe del esfuerzo de la entidad pecuaria por resistir los avatares económicos del país, de cara al bienestar de la casita; y del apoyo de Educación no solo en cuestiones metodológicas, sino en suministro de insumos imprescindibles para su funcionamiento.
Durante 29 años nos hemos dedicado al cuidado y educación de los hijos de las madres o padres trabajadores de la “Camilo Cienfuegos”, aseveró a la Agencia Cubana de Noticias; pero también de los residentes en esta zona ganadera, enclavada a unos 40 kilómetros de la ciudad de Pinar del Río.
De aquellos años fundacionales recuerda la poca disponibilidad de círculos infantiles en Consolación del Sur, por eso la decisión de crear Futuros Vaqueritos, que primero contó con 25 niños y hoy duplica esa cifra.
El inmueble pertenecía a un obrero que la entregó para esas funciones, y en los comentarios comienzos su construcción era de madera y guano hasta la sustitución por paredes sólidas y cubierta de zinc.
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En 1995 el General de Ejército Raúl Castro Ruz visitó Futuros Vaqueritos, ocasión en la que elogió esa modalidad educativa y resaltó su impacto social.
Actualmente, en la primera casita infantil de la provincia, se siguen los consejos de ese líder de la Revolución Cubana, en pos de la atención y cuidado de los infantes.
Cuenta con ocho trabajadoras, encargadas de niños de segundo a quinto años de vida y de un aula anexa del grado preescolar; y toda la logística la asume la Empresa, apuntó Germán Molinet.
Por allí han pasado menores que hoy laboran en esa entidad, pues formar el futuro relevo de los ganaderos de la «Camilo Cienfuegos » igualmente figura como meta del centro; y hacia ese propósito el colectivo dirige los juegos de roles y actividades, a partir de vivencias reales.
Muy cerca, el consultorio del médico y la enfermera de la familia advierte que más allá de las educadoras y auxiliares pedagógicas de que disponen, los niños están bien cuidados.
Idelfonsa Amador Alfonso lleva 30 años en la Empresa Pecuaria Genética y fue una de las que contribuyó a la creación de esa obra de infinito amor, como ella insiste en calificar.
Sus dos hijas y ahora dos nietos han pasado por la institución, porque «hemos cambiado de directores en la entidad pero ha perdurado con el mismo empeño de sus comienzos», aseguró.
A la celebración por el aniversario de Futuros Vaqueritos acudieron artistas de la Asociación Hermanos Saíz en Vueltabajo, quienes compartieron con los menores canciones, adivinanzas y juegos.
Las casitas infantiles son una variante de atención educativa, en la modalidad institucional de la primera infancia, donde se presta servicios a los niños, hijos de las madres, padres o tutores, en entidades que, a partir de sus condiciones económicas y materiales, puedan destinar fondos para su apertura, mantenimiento y garantizar su sostenibilidad.
Surgidas en la Isla en 1993 acumulan una historia en la que se aprecia el aporte social y la positiva satisfacción de familias beneficiadas con ese servicio educativo; en tanto las provincias de Pinar del Río, La Habana y Villa Clara fueron las primeras en la modalidad.
(Tomado de ACN)