Estados Unidos permitirá la entrada cada mes de hasta 30 000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, pero endurecerá las restricciones, ya aplicadas con la llegada de la pandemia de Covid-19, para aquellos que intenten cruzar la frontera con México sin la documentación necesaria.
El anuncio sin dudas se robó el show mediático en las últimas jornadas porque el tema migratorio se ha instalado en la opinión pública. Historias, noticias y anécdotas de cubanos que asumieron una travesía terrestre o marítima para llegar a los Estados Unidos, empleó suficiente espacio en redes sociales y medios de comunicación, de ahí que la nueva ocuparan medidas en titulares y disímiles comentarios.
Según el comunicado de prensa de la casa blanca hecho público el pasado cinco de enero, la medida ampliará y acelerará las vías legales para una migración ordenada, en tanto tendrá nuevas consecuencias para quienes intenten entrar al país norteño de manera irregular.
La cuota de migrantes se limitará a quienes tengan un patrocinador financiero en EE.UU. y salgan airosos de una investigación de seguridad, que les permitirá vivir y trabajar en el país hasta por dos años.
Con las nuevas regulaciones el trayecto hacia los volcanes se vuelve más peligroso, pues a los riesgos que tiene poner la vida en manos de traficantes o coyotes, ahora está el hecho de una deportación casi segura en frontera. Datos consultados aseguran que antes de la nueva regulación del total de detenciones, cerca de 500.000 correspondieron a ciudadanos venezolanos, cubanos y nicaragüenses.
En redes sociales los criterios sobre el tema son diversos. Unos aplauden la posibilidad de viajar de manera segura, sin desembolsar enormes sumas y jugándose la vida en el trayecto, otros aluden que ahora se acabó el tráfico de personas, mientras hay quienes, escépticos se preguntan ¿qué pasará con la ley de ajuste cubano?, porque el migrante cubano a diferencia del resto, al año y un día puede solicitar residencia permanente en el vecino país.
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Más allá de criterios a favor y en contra, lo cierto es que la disposición reciente, dará mucho trabajo a los llenadores de formularios y bufetes encargados de determinar quiénes reúnen las condiciones para entrar o no a Estados Unidos, a la vez que, al parecer, ahora solo pasarán las fronteras las personas que a los americanos les convenga recibir, ya sabemos por dónde irá el tiro, verdad?
Esto se puede convertir en un boomerang, porque por donde se le mire, es una medida incoherente con la política migratoria en general y particularmente con la orientada históricamente hacia Cuba, refiere con certeza un texto de Cubadebate.
Y es que la medida es incoherente, si tenemos en cuenta que desde 1980 se suscribieron varios acuerdos bilaterales con EEUU para regular la migración entre ambos países, que no han encontrado siempre puerto seguro.
El incumplimiento desde 2017 del compromiso de otorgar un mínimo de 20 mil visas anuales y el cierre injustificado del procesamiento de visas en la Embajada de EEUU en Cuba, corregido a inicios de año, unido a sanciones económicas desangrantes, resultaron incentivo para que en el año fiscal 2022, más de 213 000 residentes de la mayor de las Antillas ingresaron ilegalmente a la nación norteña.
La lógica entonces sería desbloquear lo convenido y facilitar la migración segura, legal y ordenada. Mientras tanto, seguiremos las noticias que generen patrocinios, patrocinadores y otros negocios en torno al suceso de la semana.
