La agencia de noticias latinoamericana Prensa Latina confirmó el regreso de la enseñanza de ballet a Pinar del Río y por supuesto despertó mucha alegría en el municipio de Mantua, una cuna natural de bailarines de Cuba.
La alegría volvió con la visita del BNC a la provincia y las recientes declaraciones de Viengsay Valdés, directora de la compañía, al confirmar el regreso y la bailarina significó la importancia de retomar el programa académico de la manifestación en este territorio y las reacciones no se hicieron esperar.
Élida Justis, decana de la enseñanza del ballet en la provincia, instó a los profesores a “dedicarse con total responsabilidad a esta tarea, para recuperar lo perdido y todo el potencial posible”.
Al cierre de la escuela de ballet pinareña vistió a Mantua de gris; en aquel entonces ñas personas vinculadas con la especialidad expresaron sus opiniones: Hassan Serguera, instructor de danza, dejó claro que “había en el territorio potencial para cincuenta años, que evidentemente quedaría sin cantera”.
Por su parte Junior Escandell, instructor de música y ballet se preguntaba entonces, ¿Qué sería de los niños de Mantua, sin una especialidad que le daba sentido al territorio?
Estas interrogantes no tuvieron respuestas. Así quedaron abandonados los tabloncillos de la Casa de la Cultura y los portales de la villa, donde entrenaban los pequeños en las tardes.
“Es un alegrón muy grande y una decisión sabia- expresó Jorge Pujada Meléndez, jefe de programación del Sectorial Municipal de Cultura y padre del destacado bailarín, Yansiel Pujada- que evitará en lo sucesivo la pérdida de talentos, de Mantua y de toda la provincia. Más vale tarde que nunca- agregó.
Julio Blanes Miranda, bailarín cubano residente en Australia, envió sus parabienes.
“Siento una alegría inmensa- dijo- y agradezco a Viengsay y a todos los que impulsaron esta decisión, que favorece a los chicos de mi pueblo, también a los de todos los municipios pinareños”.
Marianela Miranda, la mamá de Blanes, expresó que, “fue un acto de sensibilidad que tuvo en cuenta el gran talento de nuestros niños, las ilusiones de las familias, el potencial de la provincia y los anhelos de sus profesores”.
Desde el mismo Ballet Nacional de Cuba, hay muestras de regocijo. “Yansiel Pujada conversó vía Messenger: “Algo esperado que llena de emoción, porque, si Mantua y Pinar del Río necesitan de este regreso, el Ballet Nacional de Cuba, lo necesita mucho más, así que, felicidades”.
El próximo mes de septiembre iniciarán los talleres vocacionales, que han de medir el nivel de los infantes y tomar el pulso los docentes, tras una pausa que costó 10 años de talento al Ballet Nacional de Cuba.
