Al concluir la Serie Nacional, el béisbol en Pinar del Río deberá ser revisado y analizado en su totalidad; me refiero a todas sus estructuras y categorías.
La ausencia por varios años de resultados importantes, más allá del bronce de la temporada pasada en un torneo sub 23- engañoso por cierto- de solo 15 partidos, matizan la actualidad de la pelota en la más occidental de las provincias.
Los equipos del sub-15 y el juvenil llevan dos años sin saborear los logros planificados, y más allá de que se han suspendido las últimas ediciones, al momento de parar el evento las novenas verde amarillas han estado fuera de la zona de clasificación, lo que deja al descubierto el trabajo poco efectivo que se ha realizado con esas categorías.
Considero que más que engordar papeles inoperantes con planes, estrategias y medidas, se necesita actuar sobre el terreno de juego con acciones concretas que rindan resultados.
El llamado grupo de scouting no ha aterrizado su objetivo y más allá de reunir a un grupo de glorias en un listado, no se han visto los frutos de las captaciones o seguimiento a esos llamados talentos.
Que conste que la inoperancia no ha sido por la voluntad de esas personalidades del béisbol que tanto desean seguir ayudando y aportando, sino por otras trabas de quienes tienen la gran responsabilidad de sostener en el tiempo la gloria que en su momento hizo brillar a Pinar del Río en cualquier terreno de pelota.
La ausencia de terrenos de calidad, gimnasios para ejercitar la fuerza; la falta de una verdadera Serie Provincial de Béisbol y las pocas oportunidades de superación de nuestros entrenadores están presentes día a día.
Es tiempo de hacer y no de hablar. Cada semana, día y hora cuentan. Vamos a esperar el desenlace de los Vegueros en la contienda y después seguiremos hablando del béisbol en Pinar, que como dije al inicio, debe ser revisado minuciosamente.
Te puede intersar: Dulce inicio y otras notas de la fiesta deportiva en San Salvador